viernes, 25 de junio de 2010

El desastre

Los lunes son caóticos por naturaleza, se sabe. Y ése no fue la excepción.

Marcos se levantó temprano tal como lo habíamos acordado e hizo los llamados correspondientes para avisar no sólo del embarazo sino de la ausencia y los motivos totalmente justificables. No hubo ningún problema.

No me llevó el desayuno a la cama y me tuve que levantar por un portazo que le dio a la puerta del baño. Estaba nervioso, se le caían las cosas, caminaba de acá para allá y balbuceaba frases misteriosas. Por primera vez lo ví raro.

Fui hasta la cocina y lo encontré con los ojos rojos, con la mitad del pijama y la mitad de la ropa que se iba a poner. Revoleaba las piernas por el piso y puteaba por cualquier cosa. Le pregunté si estaba bien y me dijo que no, que no había podido dormir en toda la noche y que era un manojo de nervios.

No sé si se lo habré contagiado o qué, pero el que ese día estaba alterado era él y no yo.

Salió torpe, apurado y como temeroso. Se subió al auto, pero se había olvidado las llaves así que tuvo que volver a subir y en el trayecto se habrá acordado de Dios, de la madre del vecino y la hermana del que justo pasaba por ahí; no bendiciéndolas, claro.

Como un día de otoño, después de un fin de semana soleado y agradable, llegan las nubes y los malos humores. Yo pensé que se había enojado conmigo por lo del día anterior, pero por las dudas no se lo pregunté y cruzamos 3 palabras como mucho.

Para ponerle más leña al fuego, las calles de la ciudad amanecieron con pozos sumamente importantes que nos hicieron saltar en más de una esquina y con vendedores ambulantes que querían encajarte las lapiceras, cuadernitos y los pares de media como sea.

Esperando el semáforo, y dado que era una hora pico, eramos una larga fila de autos apretujados como esperando el tiro para empezar la carrera. Sin embargo, las bicicletas que se meten por cualquier lado y andan esquivando peatones y perros como un jueguito de computadora nos pasaron tan tan tan cerca, que una le rayó el auto a Marcos.
El auto es para él lo que para mí una buena copa de frutillas con crema mirando la novela de la tarde. Y enloqueció. Fue la gota que rebalsó el vaso. Es increíble cómo cuando tenés un mal día te pasan todas las cosas juntas y ahí lo ví a Marcos saliendo echo un lobo del auto, agarrando al pendejo de la bicicleta, haciendolo caer al piso justo cuando el semáforo daba verde.


No me quedó otra que bajarme del auto yo también.

miércoles, 23 de junio de 2010

Me lo morfo

Me llevó 'a casa', me sentó y me aclaró los tantos:

'Gorda, yo entiendo que haya pasado todo muy rápido entre nosotros y que de un día para el otro nos vimos casados, padres y conviviendo, ¿quién se lo iba a imaginar?. Bueno, eso no importa, ahora quiero que sepas que yo te voy a comprar los chocolates a las 3 de la mañana cuando tengas un antojo, voy a cuidar al bebé cuando se levante a la madrugada, voy a aprender a cambiar pañales para desahogarte un poco a vos y te voy a prestar la tarjeta para cada regalo que quieras hacerte a vos y al bebé. Así que tenés que estar tranqui, por la beba, bueno, por el bebé y ya mañana temprano aviso al laburo bien todo, llamo al tuyo y aclaro también y rajamos para la clínica a ver que nos dicen, ok?. Pero vos, la madre de mis hijos tiene que estar tranquila y no llorés, no llorés que me vas a hacer llorar a mí' - me dijo el padre del siglo.

'Lloro de alegría, y porque te amo a vos y encontré a mi alma gemela' - enamoradísima y con las hormonas carburando. (alma gemela, qué ilusa..)

Esa noche cocinó él.


Al otro día, desastre.

domingo, 20 de junio de 2010

Así que estoy..¡¡¿¿embarazada??!!

No sé si lo hizo porque quiso arreglar la cara larga de la noche anterior cuando le dije de cocinar o qué, pero me despertó con música tranqui y me llevó el desayuno a la cama. Completo, hasta con juguito exprimido.

Era domingo y como ya estábamos en otoño era de esos días soleados y fríos. Nos fuimos hasta la plaza, compramos unos chipá, armamos el mate y le dimos de comer a las palomas. Re cursis. Caminamos agarrados de la mano, hasta que me cayó la ficha y:

'Marcos, pará, yo estoy embarazada. O sea, voy a ser mamá. Y vos papá y mi mamá abuela, ¿no?. Entonces tiene que salir todo bien y desde ahora tengo que ir hablando con un profesional. Un obstetra, un pediatra, un clínico, un cardiólogo, lo que sea. Porque yo lo quiero tener en una clínica, con lo mejor que se pueda. No me vas a venir, vos que sos medio hippie, con eso de tenerlo en la casa ni en la selva ni en medio de la calle, ¿estamos?' - y se espantaron las palomas.
'Sí amor, yo también quiero lo mejor para la nena' - me respondió con toda la traquilidad.
'Pará pará, que yo quiero tener un varón así que va a ser un nene y vos vas a querer lo mejor para el nene' - me alteré.

La gente me miró como diciendo "y a esta loca qué le pasa" y la verdad que tenían razón. Hasta ese momento no me había dado cuenta del todo. Era más como cuando hacíamos los chistes de adolescente o cuando soñabas con estar con un bebé en brazos. Y ahora realmente había caído que lo de la semillita era verdad y me estaba pasando a mí.

Me puse histérica y obsesiva, más de lo habitual. Marcos no entendía nada. Y me miraba. Yo hablaba, casi que gritaba, como si lo estuviera retando. Sin ningún tipo de motivo me puse caprichosa con un varón. Pero no sabía por qué.

Me tildé un minuto, se me juntaron todos los hechos de los últimos días y dije: 'estoy embarazada' y me largué a llorar.

jueves, 17 de junio de 2010

¿Varón o nena?

'No, hoy no. Estamos cansados los 2' - escapó a mi primer pedido.
'Ya sé, delivery. Unas empanadas de choclo y roquefort. Para mí media docena. ¿El helado lo pedís vos? ¿O preferís chocolate? Por mí las 2 cosas juntas, ya sabés.' - me agarró un ataque de ansiedad.
'Te va a caer mal tanta comida. Hagamos así. Media docena para los 2 y cualquier cosa reforzamos el postre, ¿te parece?' - me cuidó de entrada.

Como pasa casi nunca, las empanadas llegaron calentitas y todavía no se había abierto ninguna. Encontramos una peli entretenida y nos metimos en la cama (singular) los 3 y las 6 empanadas.

Después de engullir la cena y de secarme un par de lágrimas, le pregunté a Marcos:
'Chancho, vos ¿qué preferís que sea, varón o nena?.'
'La verdad que una nena, siempre me imaginé haciendo colitas y recibiendo "papases te amos"' - me dijo con toda la dulzura.
Yo, que seguía con hambre y sin esperar el postre, me lo comí a besos.



Ustedes ¿qué hubiesen prefierido? ¿Varón o nena? ¿Alguno es padre/madre ya?.

domingo, 13 de junio de 2010

¿Vieron que tenía razón?

'Pero.. es tu espacio, yo no te quiero invadir, ¿estás seguro?' - le dije.
'No me molestás para nada mi amor. Aparte es grande y yo ya me aburro un poco cuando llego y no tengo más que el televisor para que me escuche.' - me dijo mi marido.
'What? ¿Le hablás al televisor? No, definitivamente no me puedo ir a vivir con un tipo que le habla a su televisor' - y nos reímos.

'Decile que sí nena que me queda cerca de casa y puedo ir cuando quier.. digo, cuando necesites algo urgente.' - ya me imaginaba a Matilde interrumpiendo nuestro sexo, tocando el timbre con una docena de empanadas a la noche, dispuesta a quedarse a cenar con nosotros.

Se sumó Rodolfo, que parecía haber asumido que 'la nena ya creció' y disfrutarlo tanto como nosotros. Y entre los 3 me convencieron. Así que esa misma noche empezamos a abrir valijas y vaciar roperos. Abrir cajas y vaciar cajones.

'Eh.. ¿hace falta que llevés esto?' - me dijo Marcos con una caja llena de cartitas y regalitos y todas esas cosas de la infancia.
'Por supuesto. Vos lo decidiste así, ahora jodete' - y lo besé.

Quedaron un par de cajas por llenar ese día, pero cuando entré al departamento de Marcos y lo etiqueté como 'mi nueva casa' supe que habían habido muchos cambios en poco tiempo y pocas cosas aclaradas.
El hecho de ser mamá me había cansado un poco más de lo habitual y me senté y prendí la tele.

'Amor hoy cocinás vos, no?' - le grité a Marcos que estaba en la pieza. '¡Mirá que tengo un hambre!.
Me miró de mala gana.


Primer problema de convivencia en puerta.

viernes, 11 de junio de 2010

¡Así que van a ser abuelos!

Tosió un buen rato hasta que se le acomodaron las ideas.

'¿Cómo que embarazada?. ¡Y no nos dijiste nada!. ¿Vos Matilde sabías algo de ésto?' - dijo Rodolfo en un tono sorprendido y como quejoso.

'N..no..nono, tampoco' - Matilde in shock.

'Bueno, ahora se los estamos contando. ¡Estamos re-felices! ¡Así que van a ser abuelos!' - les dije para cortar un posible cercano reproche.

'Ah no, ahora esperame que voy a buscar la maquinita y lo castro a éste' - Rodolfo in shock.

'Tarde suegro, jajajajaja, no mentira. Quédese tranquilo y alégrese, ¡va a ser abuelo!' - y todos nos reímos.

Nos abrazaron, nos felicitaron y se pusieron tan contentos como nosotros. Ahora había formado una familia y tenía un hombre que me iba a cuidar y un bebé en camino que iba a ocupar todas mis prioridades. Todo estaba viento en popa, con la familia unida, un bebé en camino, con un hombre al lado. Casada y con hijo.

Les comentamos la anécdota con Rosita y salimos de rotation por las inmobiliarias.
Estuvimos recorriendo todas y como ninguna nos parecía 'la' casa o 'el' departamento, Marcos, siguiendo con sus propuestas y sacando conejos de galeras me dijo:

'Pero, ¿cómo no se nos ocurrió antes?. Yo vivo solo. Gorda, ¿querés que vayamos a vivir los 3 a mi departamento?.'

martes, 8 de junio de 2010

¿Para 3?

Entramos, subimos al ascensor y nos dimos unos besos melosos. Saqué la llave y entré a casa.
Como eran ya las 4 y media, hora reglamentaria de merienda en casa, mi mamá estaba esperando que se caliente el agua de la pava, comiendo unos bizcochitos y mirando el noticiero.
Nos vio entrar y nos saludó cayándonos por un 'terrible accidente en Panamericana'.

'Ma, te aseguro que lo que te venimos a decir va a ser más importante que el terrible accidente en Panamericana' - le dije en tono de chiste. Marcos me miró y sonrió. Nos agarramos de la mano.
Matilde se dio vuelta enseguida y nos escuchó con un bizcocho en la mano:

'¡Nos vamos a vivir juntos!' - gritamos al unísono.

Mi viejo, que se estaba afeitando en el baño corrió con la toalla en los hombros y la espuma en la cara, con la maquinita en la mano. Lo miró a Marcos.

'¡Más vale que la cuidés a mi nena porque te arranco los huevos con esta maquinita, eh!' - Rodolfo, siempre Rodolfo.
A Marcos le habrá parecido un gran dolor porque le dijo: 'Pero sí suegro, quédese tranquilo'.


El agua ya estaba a la temperatura justa así que la escena que siguió fue la de nosotros 4 tomando unos ricos mates dulces con bizcochitos, planeando la visita a las diferentes inmobiliarias de la ciudad y viendo qué era lo que nos convenía más.

'Sí, ahora necesitamos lugar para 3, así que lo mejor va a ser..' - comentó Marcos.

Mis viejos se miraron. '¿¿¿Para 3???'

'Ah, cierto que no les dijimos nada. ¡Estamos esperando un bebé!' - les dije con una sonrisa enorme en la cara.

Mi viejo se atragantó.

sábado, 5 de junio de 2010

Aliento de mono de zoológico

- Te parece? No es muy pronto? - le pregunté un poco insegura.
- No gorda, yo estoy completamente seguro que sos vos la mujer con la que quiero despertarme a la mañana - me dijo, enamorado.
- Y oler el aliento de mono de zoológico que tengo? Mirá que siempre odiaste los malos olores Marcos - se notaba que quería huir?.
- Estoy dispuesto a bancarme cualquier cosa, yo ya te elegí - me moría del amor.
- Pero.. - intenté.
- No, basta - me interrumpió. - No acepto un NO como respuesta, así que ésta misma tarde salimos de inmobiliaria en inmobiliaria a buscar el elegido. -
- Pará, pará, está bien, pero antes vayamos a lo de mamá que no sabe nada del bebé y de paso le damos también ésta noticia - La familia es lo primero.
- Bueno está bien, te amo. -
- Yo más mi chancho. -

miércoles, 2 de junio de 2010

Mi primer gran error (IV)

Salimos indignados los dos y dado que no nos había alcanzado el tiempo ni para mordisquear el borde de un bizcocho, que teníamos hambre y se acercaba la hora del mediodía decidimos ir a comer unas buenas hamburguesas con gaseosa.
Yo seguía puteando a mi suegra internamente y él manejaba como con bronca.

Después de 10 minutos me encargué de disipar todo con un: 'Yo sé que en el fondo me quiere' que nos hizo largar una carcajada que duró hasta que estacionamos.

Había empezado mi período de embarazada, así que no dudé entre comer ésto o aquello por las calorías o si pedirme o no un buen postre. Pobre Marcos, pagó él mis 2 hamburguesas con papas fritas grandes y el vaso de gaseosa. Ah! No nos olvidemos del helado y el paquetito de chizitos en el kiosco de la esquina 'para sacarme el gusto'. Sí, ya me había dado cuenta, iba a engordar como loca.

Volvimos llenos, satisfechos y comentando cosas como posibles nombres, si nos gustaría varón o nena, que el jardín, que la escuela, que los padrinos, etc.

Cuando llegamos a la puerta del edificio Marcos me dice:

'Amor, vos sabés que estoy enamorado de vos, la pasamos brutal juntos y eso se nota en el bebé que está en camino. Aparte me siento seguro de tenerte para toda la vida y de hecho te elegí como esposa. Me enfrenté a mi vieja, hice cosas que no había experimentado antes y que gracias a vos conocí y me encantaron. Estamos bien económicamente los 2, con trabajo y todo un futuro por delante. Yo vengo pensando, no sé qué te parece a vos, pero creo que estaría buenísimo. Y bueno, no sé, em.. qué me decís si te digo:


¿Y si nos vamos a vivir juntos?'.