domingo, 29 de agosto de 2010

¿Mirá quién reapareció?

Al otro día volví a la oficina. De ánimo estaba mejor y ya se habían ido los malestares. Cuando llegué me recibieron con aplausos, felicitaciones, besos y abrazos. Yo me emocioné, el hormonazo se puso como loco y me preguntaron a cada rato si estaba bien o si necesitaba algo. Unos amores mis compañeros.

Yo les conté de cómo me había enterado, de lo de Caro y lo del hospital. Somos todos compinches y nos contamos todo entre todos. Las chicas se pusieron de mi lado y los chicos elogiaron la actitud de Marcos y se sorprendieron con la personalidad de la doctora gato.

'Che, a la salida podríamos ir a un after que hay por acá cerca así brindamos por la futura mamá y nos distendemos un poco, ¿qué les parece?' - dijo uno de los chicos.

A todos nos pareció buena idea, así que cuando se hicieron las 7 cerramos la oficina y fuimos al bar. Cuando llegamos, el clima me gustó porque no había humo y era toda gente de nuestra edad, unos veinteañeros de traje y camisas desprendidas con corbatas olvidadas en algunas sillas.

Nos sentamos cerca de la barra y los chicos pidieron unas cervezas. Yo opté por un jugo de naranja y por primera vez le tuve que decir que no al alcohol. Me costó, claro, pero todo sea por el bebé. De sólo pensar que por 9 meses no iba a poder ni siquiera oler una botella de Gancia, me agarraba un cosquilleo.
Empezamos a hablar de clientes, de gente de la oficina, me preguntaron cómo estaba Marcos, qué decía, qué sentía. Hablamos de actualidad, de precios, de economía.
En un momento, cerca de las 8 y media, entra al bar un chico que me resultó conocido. Cuando me vió se acercó y me saludó.

'¡Hey! ¿Cómo andás tanto tiempo, prima?' - me dijo el suedo-extraño.
'¿Prima? Yo a vos te tengo de algún lado pero no me doy cuenta de dónde, ¿cómo te llamás?' - le pregunté.
'Soy Juli boluda. Julián' - y ahí me cambió la cara.
'Aaay, ¿cómo estás? ¡Hace años que no te veo! Estás re cambiado' - y era verdad. Ahora estaba más flaco, con anteojos y era la primera vez que lo veía con camisa.
'Bien. Conseguí un laburo buenísimo por acá cerca y vinimos a tomar algo con mis compañeros, ¿y vos?'
'Igual. Me casé hace un mes y un poquito más y estamos festejando'.

Hablamos. Comentamos de tías, de primas, me preguntó por mis viejos. Le conté de Marcos, del embarazo, del viaje.

Se hicieron las 9 y algo. Ya era tarde para seguir en un bar y era hora de volver a casa.

'¡Uy! Mirá la hora que es. Me tengo que ir a casa volando. ¿Querés venir y comemos algo?'
'¿Pero no es que estás viviendo con tu marido?' - me preguntó Julián.
'Sí, pero no pasa nada. Dale venite que después te alcanzo hasta tu casa.'

Cuando llegamos al departamento me abrió la puerta. Subimos por el ascensor y puse la llave.

Cuando abrí la puerta..

domingo, 22 de agosto de 2010

No todo es color de rosas

Me levanté descompuesta, mareada y con un dolor tremendo de cabeza. Los síntomas de embarazo me llegaron tarde. Ya habíamos arreglado con Lau que me pasaba a buscar para ir a una clínica y hacer el análisis de sangre y averiguar por un ginecólogo, obstetra, alguien.
Marcos ya se había ido al trabajo así que al momento de las arcadas y el vómito post-desayuno me lo tuve que aguantar sola.
Por las dudas no quise tomar ninguna pastilla ni tomar té.

Llegó Laura, me tocó timbre y la hice subir. Me encontró todavía en pijama, con los pelos revueltos y unas ojeras que lo decían todo. Yo no tenía ánimos ni para pelearla por lo de Carolina, eso lo hablaríamos más tarde u otro día, cuando me sienta mejor.

'¿Qué te pasa, nena? Estás arruinada.' - me dijo apenas me vio.
'Sí.. me siento para el culo. Aguantame que me visto y vengo' - y me fui arrastrando los pies por el piso, arqueada de dolor.

Cuando llegué al hospital era un zombie. Me dí cuenta de lo mal que me había vestido cuando pasé por un espejo del pasillo.

El médico que me recibió me habrá notado muy mal porque..
'¿Estás enferma?' - me preguntó.
'No.. embarazada' - le contesté de mala gana.
'Ah, eso lo dice todo. Vení sentate y esperame un minutito que ya estoy.' - y salió por la puerta.

Al ratito volvió con la jeringa y casi me desmayo. Se me dio vuelta todo y no pude frenar mi espanto por las agujas. Me sacó sangre mientras Laura me tapaba los ojos para que no viera el acto macabro que me estaban por hacer.

'Bueno. Ya está. Venite en la semana que te damos los resultados' - me dijo feliz, como si estuviese tratando con un perro.
'¿Qué? ¿Ya está? Uy, no sentí nada, manos mal. Lo que menos quiero es hacer un papelón en mi primer día como madre seria y responsable'.

Nos fuimos con el algodón en el brazo y cuando llegué a mi casa así como estaba me tiré a la cama a dormir. Realmente era un día pésimo y no estaba ni para visitas. La despedí a mi amiga con un 'Gracias Lau, después te llamo'.

Después de todo, no era todo color de rosas el tema del embarazo.

sábado, 14 de agosto de 2010

Fiebre de sexo por la noche

'¡¿Qué!? ¿Qué pasó? ¿Qué ex?' - no entendía nada Laura.
'Esa tal Caro a la que me mandaste es la ex de Marcos' - le grité con el teléfono en la mano y Marcos se reía.
'¿Cómo que la ex? No te la puedo creer amiga. Mil perdón. No tenía ni idea' - me dijo sorprendida.
Le creí, pero el mal momento que me había hecho pasar no se lo iba a perdonar tan fácil.
'Eso espero. Mirá, ahora estás en deuda conmigo queridita eh, así que mañana te vas a levantar temprano y me vas a acompañar a la clínica a sacarme sangre y a buscar un médico como la gente, ¿estamos?' - ya se me escapó la risa. 'No sabés la que te tengo que contar'.

Marcos y yo estábamos abatidos después del día que tuvimos. Estábamos los dos limpitos, bañaditos y calentitos.

'No sabía que estabas tan bueno cambiando una goma, ¿sabés?' - le dije con el pijamita sexy y comiendo una rodaja de tomate.
'¿Ah no? Y bueno, tenés a un machoman al lado tuyo bombón, ¿qué más esperás?' - y se sacó la remera y mostró unos musculitos que no se querían asomar.
Y me tenté.
'Jajajaja, necesitás un gym rápido'.
Vino corriendo y me agarró de las piernas y me subió al hombro. Yo pataleé hasta el cuarto. Me tiró a la cama y esa noche tuvimos lo que nosotros llamamos sexo salvaje. No faltó nada y todavía tuvimos energía para un par de orgasmos.

La noche terminó bien, con una buena dosis de sexo y con la idea de estar uniendo nuestras vidas para siempre.

'Marcos, ¿qué nombre te gustaría que tuviera nuestro hijo?'. Pero él ya estaba dormido. Lo besé en silencio y me dormí sobre su pecho. Después de todo, necesitábamos terminar de esa forma un día como el que tuvimos.

sábado, 7 de agosto de 2010

La explicación

Me quedé dura. En el fondo me lo estaba esperando, pero no tan rápido.

'Contame todo' - le dije medio amenazante.
'Está bien' - y se sentó. 'Fue un amor de secundaria. Bah, "amor". Estuvimos cerca de dos meses, la conocí antes que a vos, obvio, pero la mina está medio chapita, ¿entendés? ¿No la notaste medio rara? Como obsesiva, compulsiva, manipuladora. Cuando me dí cuenta de todo, los chicos me abrieron un poco los ojos, largué todo y al tiempo te conocí a vos. Pero Carolina es de esas medio resentidas y despechadas, de las que tienen una foto de cada uno para acordarse bien de lo que pasó. Muy memoriosa. Me acuerdo que una vez me salió con algo de mes y medio atrás, detalle por detalle y me quedé mudo yo. No fue nada, hasta cogía mal. Después te conocí a vos y me dí cuenta de quién vale en verdad. Obvio que antes de Caro y después de Caro (y antes que vos) vinieron otras. No me vas a hacer contar de cada una, ¿o sí?'.
'No, obvio. Pero yo estoy con el hormonazo y que aparezca una ex tuya después de todo lo que nos pasó hoy y en la primer consulta, hay que tener culo, ¿no te parece?. ¡Contame más detalles de esa turra! ¡Se te re insinuó!' - no hay con qué darnos a las mujeres a la hora de criticar exs.

Y así estuvimos, calentito los 2 en casa, hablando de todo.

Cuando me acordé la llamé a Laura.

'Forra hija de puta, ¡mirá si me vas a mandar a lo de la ex!' - ni hola ni cómo andás.