'Señora, está todo bien, quédese tranquila. Estamos muy acostumbrados a que pasen estas cosas. Lo que nos resultó muy gracioso fue el particular traje de Papá Noel, eso sí que no lo habíamos visto nunca, jajajaja. (¿'jajajaja'? ¿me está jodiendo este tipo?) Tuvimos que curarle las heridas y limpiamos las cicatrices que le quedaron, fue un estruendo fuerte, pero no trajo consecuencias mayores. Únicamente les vamos a pedir que lo dejen descansar, ahora está durmiendo y va a tener la mano engasada por unos días y, obviamente, no la va a poder usar. Pueden quedarse esta noche acá y mañana tempranito, Papá Noel podrá irse a seguir repartiendo los regalitos, jajajaja.'
El médico estaba chocho, no paraba de meter chistes y yo lo quería mandar a la mierda. No sé si lo hizo para descontracturar un poco o porque había tenido un brindis a las 12, pero no me cayó para nada bien.
Mi viejo lo tenía a Marcos entre ceja y ceja; yo lo desperté a Joaquín y le dije que se quedara acompañándome y que mi viejo se vaya a descansar.
Pasé la noche en el hospital, me acosté un ratito en la cama de al lado. La imagen de Marcos era patética: dormido, con la boca abierta y largando saliva, vestido de Papá Noel y con una mano blanca entre sus zonas..pudendas. Cuando Joaquín entró se escuchó un 'AH BUE' y no pude hacer otra cosa más que reirme.
La verdad que descansar no pude, pero al otro día a eso de las 10 de la mañana yo ya estaba en mi casa, con el tarado de mi marido sentado a la mesa y preparándole el desayuno.
Sonó su celular, y cuando pasa eso nunca se pueden esperar buenas noticias.
'Un mensaje nuevo de: ....Carolina.'