lunes, 13 de diciembre de 2010

Después de una pelea, lo mejor es la reconciliación

'¿Qué? ¿Qué me dijiste?' - y no me decía nada.
'¿Loca histérica me dijiste?'
'No amor, no quise decir eso. Fue un impulso, perdoname' - y puso carita de perro mojado como la vez que se había quedado arreglando la goma del auto abajo de la lluvia.
'Bien que te gusta esta loca histérica y que una noche, medio en pedo, le propusiste matrimonio y ahora, gracias a esta loca histérica, te vas a convertir en papá y te va a cambiar la vida'. Y me largué a llorar.
'Andá a apagar la ducha y hablemos' - y lo hice.
Medio desnuda me senté en el comedor y él arrancó:
'Tenés razón. Perdoname. Es que ésto es muy difícil para mí también. Nos vamos a tener que aguantar los dos, con cada berrinche, con cada capricho y con cada planteo que nos hagamos. Pero juntos, en todas. Estos rollitos que te pueden llegar a salir son de pura felicidad. Va a ser la celulitis con sonrisa más grande que ninguna mujer va a tener. Vas a gritar de alegría arriba de la balanza porque vas a ver que tu hijo está creciendo bien ahí adentro y gracias a vos'.
Marcos tiene esas frases oportunas en el momento indicado que hacen frenar cualquier revolución hormonal de cualquier mujer.
Después de la mini pelea y mini reconciliación lo agarré de espaldas y le dije: 'Vos hoy te bañás conmigo'. Y así le saqué la camisa y no hizo falta que le saque el jean. Me revoleó la toalla que terminó en el piso, húmeda de algunas lágrimas y así, desnudos, llenándonos de besos abrimos la ducha y nos bañamos juntos.
La noche siguió tranquila. Él abrió vino y yo preferí el jugo. Por primera vez en lo que iba de embarazo me armé una ensalada de lechuga, tomate y huevo y tuve que soportar el olor de pizza de 4 quesos enfrente.
Cuando ya nos habíamos acostado y terminamos la peli, a eso de las 3 de la mañana me levanto al grito de:
'¡Andá a comprarme ya un cuartito de bizcochos de grasa!'

domingo, 7 de noviembre de 2010

Nuevas enemigas: hormonas.

'Tranquilizate, no pasa nada amor.'
'¡Cómo querés que me tranquilice Marcos!.'
'Pero si está todo bien, gorda.'
'¿Ves? Vos también me ves gorda. Todos me dicen que 'uy, cómo viene ese bebé', 'el embarazo es tu mejor excusa, ¿eh?' y cosas por el estilo. Después de la farmacia y del nutricionista, ¡cómo querés que esté bien!.. y tranquila.'
'Pero te dijo que por un mes y medio no era lo más recomendable subir 5 kilos, nada más.'
'Y medio Marcos, 5 kilos y medio. No le puedo estar haciendo ésto a nuestro hijo. Mirá si le hace mal, me siento para la mierda. ¿Tendrá algún problema ahora?.'
'Pero no mi amor. ¡Calmate que es peor así!. Eso le va a hacer mal a él, no comer de más. Aunque si querés podés ir regulándote para que te quedés más tranquila. No hagas actividad física, por las dudas, ya veo que el movimiento o algo así le hace mal, pero entrale más a una ensalada que a una fuente de fideos, por ejemplo.'
'Pero..'
'Si vos lo querés comer, comelo. Eso sí, después no me vengas con 'ay, me pesé de nuevo y catástrofe' o 'me salió otro pozo más' o cosas por el estilo. Porque no me gusta decir todo el tiempo 'yo te avisé', 'te lo dije' o 'y bueno, te lo buscaste'.'
'¡No me entendés! Nadie me entiende. Todos me dicen las mismas cosas, pero ¿y yo? ¿Quién piensa en mí nomás? Vos mi amorcito quedate tranquilo, no lo escuches a papá ni a la abuela, a nadie, que yo sé lo que es mejor para vos.'
'¿Qué? ¡Y a vos quién te entiende, nena! Andá, bañate y bajá unos cambios porque así no vamos a ningún lado eh.'
'Pero más vale, goma. Andá, andá vos que no sabés lo que es tener vida en la panza.'

Abrí la ducha, me descambié y cuando estaba por entrar me grita '¡LOCA HISTÉRICA!'
Ah, no. Nunca le digas eso a una mujer en pleno ataque de hormonas. Todo, menos eso.

jueves, 21 de octubre de 2010

Doctor, doctor.

Al otro día me sentía mejor. Sí, tuve que ir un par de veces más al baño por mareos y demás, pero estaba relativamente bien. La casa había quedado hecha un desastre así que me puse a acomodar un poco y revolviendo las cosas y recordando olores pasados. Según me contaron después fue todo un éxito y hasta algunos parientes que estaban peleados, retomaron el diálogo. De Julián no me llegó ningún comentario y Marcos me había dejado una notita en la mesa que había salido a comprar unas cosas y que me amaba.
Yo aproveché el sábado a la mañana para irme hasta la clínica y averiguar si ya estaban los resultados de los análisis de sangre. Por suerte estaba todo bien, le comenté al doctor lo de la bendita tabla de fiambres y me dijo que evite todas esas grasas y cosas tan saladas en cantidad, que total tenía una vida larga para darme esos gustos, pero que por ahora no. De paso le pregunté más o menos qué podía comer y qué no y, aunque me recomendó una nutricionista, me tiró un par de ítems básicos.
A la salida, pasé por una farmacia y me pesé, para ver si el baby en ese mes y medio que llevaba de embarazo había engordado un poquito.
De poquito no tenía nada: ¡había aumentado 5 kilos y medio!. Me quise morir.

'Hola, ¿con la nutricionista?. Sí, ¿qué tal? Quisiera saber para cuándo puedo tener un turno. ¿El martes a la tarde? Sí, bárbaro, gracias. Hasta luego.'

domingo, 3 de octubre de 2010

De los fiambres al baño hay cientos de bocados.

Marcos salió tentado de la pieza, pero lo hice calmar para que no se creara una intriga de saber qué había pasado y terminaran todos sabiendo que el primo Julián, 'el gordito' había sido mi primera vez. No quería quilombos familiares justo esa noche.

Y arrancó la fiesta y había música y mucha, pero mucha comida. Canapés, pionono, sandwichitos, jugos, gaseosas, vino y cerveza. Papas fritas, chizzitos, palitos salados, maníes, jamón, queso y ¡fiambres!. Esa bandeja llena de mortadela, aceitunas, bondiola, salchichón primavera, salame picado grueso y fino y.. ¡la cerveza la tenía que dejar para dentro de 7 meses!.

Comí. Mucho. Y me empaché. No sé cómo habrá seguido la fiesta, no sé qué me habrán preguntado las tías jocosas y no me acuerdo qué me habrá sugerido mi vieja esa noche; si comiera menos, si saludar al tío Mario sería correcto. No sé qué novedad me habrá traído Laura de su trabajo ni qué chistes de Marcos habré festejado.

Lo que sé, es que ese empacho no me lo olvido más. Cómo será que desde la tabla de fiambres al baño y la cama no me quedó un solo recuerdo, mas que el de estar arrodillada, con la cabeza adentro del inodoro, tosiendo y respondiendole a decenas de harcadas que querían largar tanto pan, tanto arrollado, tanto ají, tanto.. TANTO.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿A ese gordo te comiste?

Me quedé un instante esperando la respuesta o la actitud de Marcos frente a lo que le había dicho del recién llegado. Y me sorprendí.

'Jajajajajajajajajajajajajajajajaja' - se había tentado.
'...¿qué pasa Marcos? ¿De qué te reís?' - le pregunté sin entender nada.
'¡No podés!' - me dijo secándose las lágrimas, tirado en el piso.
'Bueno Marcos, quizás no era el momento para decirtelo ahora, pero no quiero que haya secretos, mentiras, o cosas sin decir entre nosotros..' - y me interrumpió.
'No. No es eso. No podés haberte comido a ese gordo, sos una hija de puta' - y se siguió riendo.



Esta vez, él me había sorprendido a mí.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Tragame tierra

Me quedé parada en la puerta, sin reaccionar. Por dentro pedía un ¡tragame tierra! hasta la China. Julián reconoció a su madre y demás familiares así que se acercó como pancho por su casa y empezó a degustar de la comida. Era uno más. Sin embargo Marcos no pensaba lo mismo.

'¿Quién es este pibe? ¿Por qué venís con él a mi casa? ¿De dónde lo conocés? ¿Por qué no me avisaste nada?' - empezó el cuestionario y subió un poco el tono de la voz.
'¡Pará nene! Tranquilizate que ahora te explicó' - le dije, tratando de encontrar alguna respuesta que evite el temita.
Se refregó la cara. 'Ok, hablá' y se sentó en la cama.
'Es.. mi primo. Hace años que no lo veía y me lo encontré viniendo para acá. Él me paró, me reconoció. Al principio ni bola yo, pero después le reconocí los ojos y la cara ya era más familiar. Resulta que tuvo unos re-quilombos y engordó, todo. Hizo un re-cambio el loco' - empecé a contarle la verdad a medias.
'Te estás desviando, ¿qué hace acá?' - ya sin tanta paciencia.
'Bueno, pará. Resulta que nos pusimos a charlar, después de tantos años hay un montón de novedades. Y nada.'
'¿Nada qué?' - no era ningún boludo.
'Relajate que le conté todo. Sabe que estoy casada, pero lo del baby no le dije. No sé, me pareció mucho para un ratito nomás, entonces lo invité acá, a casa, para que te conociera y qué sé yo. ¡Pero nunca me imaginé esto!'
'Yo tengo un culo también.. Organizo esta cena familiar, con amigos y todo y justo vos te caés con otro tipo. Me fijé en no olvidarme de nada, que haya comida suficiente, en avisarles a todos y cada uno, en ordenar, limpiar, salí antes del laburo, todo y me salió todo mal' - me dijo y casi me lo como a besos.
'¡Pero no! La sorpresa estuvo.. por parte de los 2 creo.'
'Sí, ya lo creo'.
'Pero hay algo más, un detallecito que vos no sabés..'
'¿Qué más hay?'
'Julián fue mi primera vez'

domingo, 5 de septiembre de 2010

Grande má

'¡Felicitaciones!' - fue el recibimiento unísono de todos apenas abrí la puerta. Había sanguchitos, canapés, gaseosas y champagne. Estaba todo acomodado, bien iluminado y ordenado. Era una celebración por mi embarazo.

Los ví a mis viejos, a Rosa, a Laura y a Marcos. A amigos de la familia y del trabajo de mi flamante marido. Los ví a todos y todos me vieron a mí.

Enseguida cambiaron la cara cuando apareció por atrás mío Julián, mi primo. Julián, un flaco desconocido para algunos. Julián, mi primera vez.

Al primero que ví fue a Marcos y la sonrisa se le desdibujó al instante. La cara lo decía todo.



¡La que me esperaba!

domingo, 29 de agosto de 2010

¿Mirá quién reapareció?

Al otro día volví a la oficina. De ánimo estaba mejor y ya se habían ido los malestares. Cuando llegué me recibieron con aplausos, felicitaciones, besos y abrazos. Yo me emocioné, el hormonazo se puso como loco y me preguntaron a cada rato si estaba bien o si necesitaba algo. Unos amores mis compañeros.

Yo les conté de cómo me había enterado, de lo de Caro y lo del hospital. Somos todos compinches y nos contamos todo entre todos. Las chicas se pusieron de mi lado y los chicos elogiaron la actitud de Marcos y se sorprendieron con la personalidad de la doctora gato.

'Che, a la salida podríamos ir a un after que hay por acá cerca así brindamos por la futura mamá y nos distendemos un poco, ¿qué les parece?' - dijo uno de los chicos.

A todos nos pareció buena idea, así que cuando se hicieron las 7 cerramos la oficina y fuimos al bar. Cuando llegamos, el clima me gustó porque no había humo y era toda gente de nuestra edad, unos veinteañeros de traje y camisas desprendidas con corbatas olvidadas en algunas sillas.

Nos sentamos cerca de la barra y los chicos pidieron unas cervezas. Yo opté por un jugo de naranja y por primera vez le tuve que decir que no al alcohol. Me costó, claro, pero todo sea por el bebé. De sólo pensar que por 9 meses no iba a poder ni siquiera oler una botella de Gancia, me agarraba un cosquilleo.
Empezamos a hablar de clientes, de gente de la oficina, me preguntaron cómo estaba Marcos, qué decía, qué sentía. Hablamos de actualidad, de precios, de economía.
En un momento, cerca de las 8 y media, entra al bar un chico que me resultó conocido. Cuando me vió se acercó y me saludó.

'¡Hey! ¿Cómo andás tanto tiempo, prima?' - me dijo el suedo-extraño.
'¿Prima? Yo a vos te tengo de algún lado pero no me doy cuenta de dónde, ¿cómo te llamás?' - le pregunté.
'Soy Juli boluda. Julián' - y ahí me cambió la cara.
'Aaay, ¿cómo estás? ¡Hace años que no te veo! Estás re cambiado' - y era verdad. Ahora estaba más flaco, con anteojos y era la primera vez que lo veía con camisa.
'Bien. Conseguí un laburo buenísimo por acá cerca y vinimos a tomar algo con mis compañeros, ¿y vos?'
'Igual. Me casé hace un mes y un poquito más y estamos festejando'.

Hablamos. Comentamos de tías, de primas, me preguntó por mis viejos. Le conté de Marcos, del embarazo, del viaje.

Se hicieron las 9 y algo. Ya era tarde para seguir en un bar y era hora de volver a casa.

'¡Uy! Mirá la hora que es. Me tengo que ir a casa volando. ¿Querés venir y comemos algo?'
'¿Pero no es que estás viviendo con tu marido?' - me preguntó Julián.
'Sí, pero no pasa nada. Dale venite que después te alcanzo hasta tu casa.'

Cuando llegamos al departamento me abrió la puerta. Subimos por el ascensor y puse la llave.

Cuando abrí la puerta..

domingo, 22 de agosto de 2010

No todo es color de rosas

Me levanté descompuesta, mareada y con un dolor tremendo de cabeza. Los síntomas de embarazo me llegaron tarde. Ya habíamos arreglado con Lau que me pasaba a buscar para ir a una clínica y hacer el análisis de sangre y averiguar por un ginecólogo, obstetra, alguien.
Marcos ya se había ido al trabajo así que al momento de las arcadas y el vómito post-desayuno me lo tuve que aguantar sola.
Por las dudas no quise tomar ninguna pastilla ni tomar té.

Llegó Laura, me tocó timbre y la hice subir. Me encontró todavía en pijama, con los pelos revueltos y unas ojeras que lo decían todo. Yo no tenía ánimos ni para pelearla por lo de Carolina, eso lo hablaríamos más tarde u otro día, cuando me sienta mejor.

'¿Qué te pasa, nena? Estás arruinada.' - me dijo apenas me vio.
'Sí.. me siento para el culo. Aguantame que me visto y vengo' - y me fui arrastrando los pies por el piso, arqueada de dolor.

Cuando llegué al hospital era un zombie. Me dí cuenta de lo mal que me había vestido cuando pasé por un espejo del pasillo.

El médico que me recibió me habrá notado muy mal porque..
'¿Estás enferma?' - me preguntó.
'No.. embarazada' - le contesté de mala gana.
'Ah, eso lo dice todo. Vení sentate y esperame un minutito que ya estoy.' - y salió por la puerta.

Al ratito volvió con la jeringa y casi me desmayo. Se me dio vuelta todo y no pude frenar mi espanto por las agujas. Me sacó sangre mientras Laura me tapaba los ojos para que no viera el acto macabro que me estaban por hacer.

'Bueno. Ya está. Venite en la semana que te damos los resultados' - me dijo feliz, como si estuviese tratando con un perro.
'¿Qué? ¿Ya está? Uy, no sentí nada, manos mal. Lo que menos quiero es hacer un papelón en mi primer día como madre seria y responsable'.

Nos fuimos con el algodón en el brazo y cuando llegué a mi casa así como estaba me tiré a la cama a dormir. Realmente era un día pésimo y no estaba ni para visitas. La despedí a mi amiga con un 'Gracias Lau, después te llamo'.

Después de todo, no era todo color de rosas el tema del embarazo.

sábado, 14 de agosto de 2010

Fiebre de sexo por la noche

'¡¿Qué!? ¿Qué pasó? ¿Qué ex?' - no entendía nada Laura.
'Esa tal Caro a la que me mandaste es la ex de Marcos' - le grité con el teléfono en la mano y Marcos se reía.
'¿Cómo que la ex? No te la puedo creer amiga. Mil perdón. No tenía ni idea' - me dijo sorprendida.
Le creí, pero el mal momento que me había hecho pasar no se lo iba a perdonar tan fácil.
'Eso espero. Mirá, ahora estás en deuda conmigo queridita eh, así que mañana te vas a levantar temprano y me vas a acompañar a la clínica a sacarme sangre y a buscar un médico como la gente, ¿estamos?' - ya se me escapó la risa. 'No sabés la que te tengo que contar'.

Marcos y yo estábamos abatidos después del día que tuvimos. Estábamos los dos limpitos, bañaditos y calentitos.

'No sabía que estabas tan bueno cambiando una goma, ¿sabés?' - le dije con el pijamita sexy y comiendo una rodaja de tomate.
'¿Ah no? Y bueno, tenés a un machoman al lado tuyo bombón, ¿qué más esperás?' - y se sacó la remera y mostró unos musculitos que no se querían asomar.
Y me tenté.
'Jajajaja, necesitás un gym rápido'.
Vino corriendo y me agarró de las piernas y me subió al hombro. Yo pataleé hasta el cuarto. Me tiró a la cama y esa noche tuvimos lo que nosotros llamamos sexo salvaje. No faltó nada y todavía tuvimos energía para un par de orgasmos.

La noche terminó bien, con una buena dosis de sexo y con la idea de estar uniendo nuestras vidas para siempre.

'Marcos, ¿qué nombre te gustaría que tuviera nuestro hijo?'. Pero él ya estaba dormido. Lo besé en silencio y me dormí sobre su pecho. Después de todo, necesitábamos terminar de esa forma un día como el que tuvimos.

sábado, 7 de agosto de 2010

La explicación

Me quedé dura. En el fondo me lo estaba esperando, pero no tan rápido.

'Contame todo' - le dije medio amenazante.
'Está bien' - y se sentó. 'Fue un amor de secundaria. Bah, "amor". Estuvimos cerca de dos meses, la conocí antes que a vos, obvio, pero la mina está medio chapita, ¿entendés? ¿No la notaste medio rara? Como obsesiva, compulsiva, manipuladora. Cuando me dí cuenta de todo, los chicos me abrieron un poco los ojos, largué todo y al tiempo te conocí a vos. Pero Carolina es de esas medio resentidas y despechadas, de las que tienen una foto de cada uno para acordarse bien de lo que pasó. Muy memoriosa. Me acuerdo que una vez me salió con algo de mes y medio atrás, detalle por detalle y me quedé mudo yo. No fue nada, hasta cogía mal. Después te conocí a vos y me dí cuenta de quién vale en verdad. Obvio que antes de Caro y después de Caro (y antes que vos) vinieron otras. No me vas a hacer contar de cada una, ¿o sí?'.
'No, obvio. Pero yo estoy con el hormonazo y que aparezca una ex tuya después de todo lo que nos pasó hoy y en la primer consulta, hay que tener culo, ¿no te parece?. ¡Contame más detalles de esa turra! ¡Se te re insinuó!' - no hay con qué darnos a las mujeres a la hora de criticar exs.

Y así estuvimos, calentito los 2 en casa, hablando de todo.

Cuando me acordé la llamé a Laura.

'Forra hija de puta, ¡mirá si me vas a mandar a lo de la ex!' - ni hola ni cómo andás.

sábado, 31 de julio de 2010

El desastre (VII)

Me lo dijo de una, de frente, sin vueltas, cortito y al pie.

'Es mi ex'

lunes, 26 de julio de 2010

El desastre (VI)

'¿Cómo que se conocen?' - me cambió la cara.
'Eh..sí, pero hace un montón, ya fue' - Marcos, mojado, sucio, padre reciente, un día de mierda y se encontró con Caro.
'Sí, una vez fui por un problemita a la oficina y me atendió él, pero hace muuucho de ésto' - Caro se puso medio gato, como seductora y yo no entendía nada.

'Bueno, no importa. Pasá Marcos que hace frío y están echo sopa los dos. Vení, entrá que ahora los atiendo. Esperenmé que traigo una toalla' - y se fue.

'Marcos, ¿de dónde la conocés a esta? ¡Explicame ya!' - me cambió la cara, el humor, todo.
'Gorda, quedate tranquila que te puede hacer mal, yo después te explico, pero tranquila.' - ¿En qué lío te metiste Marquitos ahora?.

Llegó Caro, que lo seguía mirando a Marcos de una forma que no me gustaba para nada.

Nos sentamos, le expliqué que estaba embarazada de aproximadamente 2 semanas y que qué podía hacer, a dónde ir, qué análisis hacer y todo eso. Me mandó a hacer unos análisis de sangre para ver cómo estaba yo y mis niveles de todo. Que por ahora podía seguir trabajando, no había problema pero que por las dudas no haga nada de esfuerzo.
Me recomendó una médica especialista, que trabaja en una clínica, que se iba a comunicar con ella y que le iba a contar de mí. A ella le tenía que llevar los análisis y todo eso.

'Yo no te puedo atender' - me dijo.
'Ah, ¿no? Y ¿por qué? Igual era una consultita nomás, no te creas que ibas a ser mi médica, linda' - y le sonreí con sarcasmo e ironía.

Nos fuimos y llegamos a casa. Me bañé yo primero, calentita, lo necesitaba. Después siguió él y cuando salió yo ya lo estaba esperando, sentada en la mesa y con los brazos cruzados.

'Hablá Marcos'.

martes, 20 de julio de 2010

El desastre (V)

Nunca había conocido a la famosa Caro hasta ese momento. Siempre había escuchado hablar que era médica, amiga de Lau de la secundaria, que estaba soltera y un par de datos más. Pero nunca la había visto. Hasta ese momento:

'Hola, ¿vos sos Caro, la amiga de Laura?' - le pregunté.



Era un bombón, se notaba que era soltera y que tenía una presencia distinguida. Flaca, castaña, dientes grandes, sonrisa iluminada.



'Sí, ¿vos sos mi paciente en este día de paro? Jajaja.' - encima simpática? Tragame tierra.

'Sí, disculpame, pero soy primeriza y estoy con todas las dudas, todos los miedos' - tiritaba de frío.
'Está bien. Uy! Pasá que en el estado en que estás..'
'Ay! Sí, ni me hablés. Perdoname por el look, pero es que..' - y le conté muy a grandes rasgos lo que nos pasó.

En eso un nuevo timbre. Era Marcos.
Cuando Caro fue a abrir, la acompañé así se lo presentaba, ya que habíamos venido hablando de él.

'Bueno, él es el famoso Marcos..'

'Sí, ya lo conozco'.

miércoles, 14 de julio de 2010

El desastre (IV)

Llovía. Y no paraba. Marcos, un poco más tranquilo, empezó a manejar camino a la casa de Caro, la amiga de Lau, para que nos diera una mano.

Los pozos de las calles y las esquinas eran bastante notorios y entre la tormenta, algunos eran difíciles de esquivar. Tal fue así que en una esquina..

¡¡Pjjjjqrrchhh!!


'La puta madre, ¿qué carajo pasó ahora?' - Marcos no podía más con la mala suerte.
'No sé, pero me re asusté, ¿por qué no bajás y te fijás gordo?' - no entendíamos nada, pero el sacudón se hizo sentir.
'Dame el paragüas, a ver.. encima llueve a baldes' - No pudo dejar su rol de macho protector.


'¿Y? ¿Le pasó algo más al auto? ¡Julito se va a pagar las vacaciones con nosotros dos eh!' - le grité desde adentro.
'¿A que no sabés qué pasó?' - no se rió de mi chiste, es más, estaba preocupado.
'No me digas que..'
'¿Pinchamos? Sí, pinchamos' - pude notar la hinchazón de la vena.

En eso me entra un mensaje de Lau:
"Ya hablé con Caro. No tiene problema, pero apurate que tiene trámites que hacer. Los espera en 5 minutos."

Le leí el mensaje a Marcos y él me dijo:
'Ya fue, yo me quedo cambiando la goma acá, creo que tengo una de repuesto en el baúl. Vos mientras andá, no sea cosa que se vaya. Total estás a 3 cuadras. En esta doblás y hacés 2 más derecho. Yo termino y voy, ¿dale amor?' - Marcos, un tierno.
'¿¿¿Algo más que nos pase a nosotros hoy???' - y me bajé corriendo.

Cuando llegué a la esquina me dí vuelta rápido y lo ví todo mojado, con los pelos en la cara, pegados a la piel, haciendo fuerza y renegando con el auto. Después de todo lo que nos había pasado en el día tenía la entereza de seguir para adelante. Yo me morí del amor.

Salteando la parte en que un colectivo pasó rapidísimo y me salpicó toda, yo llegué y toqué timbre. Y alguien abrió la puerta del otro lado.

jueves, 8 de julio de 2010

El desastre (III)

Arrancó la odisea. Marcos parecía Di Palma, sorteando obstáculos y enceguecido por la mala racha que veníamos acumulando. Cuando se me prendió la lamparita..

'Lau, nos tenés que salvar. ¿Viste que hay paro hoy de doctores, enfermeros, de todo, no? Bueno, nosotros hoy, sí, justo hoy, decidimos salir a buscar una ayuda médica para el baby. Entonces no sabemos qué hacer, ya nos pasó de todo, bueno eso no viene al caso y no sabemos a dónde ir ni con quién hablar. Vos tenés una amiga que es clínica o algo de eso, ¿no? Bueno, ¿no sabés si atiende ella hoy? En la casa, en una salita, en la plaza, donde sea' - aceleradísima la llamé a mi mejor amiga.

'Para negra, calmate. Sí, Caro calculo que no tendrá drama. Yo ahora la llamo y le ruego que les de una mano. Vos andá para la casa, ¿sabés dónde vive, no? que cualquier cosa te aviso' - mi salvadora con la salvación.

'Dale, gracias, siempre salvándome las papas vos. Te amo, besito. Ah, Marcos dice que sos grossa.' - ¿no es una genia?.

Así que metió tercera, los ánimos se aceleraron un poco y prendimos la radio. Las discusiones las dejamos para más tarde y con una solución para nuestros problemas nos dedicamos a reírnos de la mala suerte que se nos juntó ese día y de cuánto le iba a costar a Marcos el arreglo de Julito, el mecánico.

Pero, siempre hay un pero, no todo es color de rosas.

Y entonces..

viernes, 2 de julio de 2010

El desastre (II)

'Pará Marcos, ¿qué hacés? Tranquilizate!' - le grité. Pero no me hizo caso y fue por el pibe.

Los autos empezaron a tocar bocina y a putear, esquivándonos y acelerando, siguiendo con sus vidas como si aquí no pasó nada.

'¿No te diste cuenta que no había lugar para pasar? Y ahora ¿qué? Me rayás el auto, pendejo de mierda!' - Marcos estaba sacado.
'Pará flaco, fue sin querer, estaba apurado, por eso me metí. Perdoname.' - el pibe en el piso me dio lástima.
'Mirá, zafás porque estamos yendo a buscar un médico, que si no sabés que, ¿no?. La puta que te parió, tené más cuidado la próxima porque va a venir uno más loco que yo y te va a bajar todos los dientes, ¿estamos?' - De a poco se empezaba a tranquilizar.

Yo lo ayudé a levantarse al pibe, diciéndole que lo perdone, que estaba muy nervioso mi marido y que no era para tanto, pero que tenga cuidado porque le puede pasar de nuevo y no tener la misma suerte. El flaco agarró la bicicleta y se fue.

Cuando volvimos al auto..

'Pendejo de mierda, ¿viste el rayón que dejó?' - empezó.
'¿Y vos? ¿te diste cuenta cómo actuaste? Yo sé que cuidás muchísimo a tu auto, pero no podés reaccionar así. Yo entiendo que tenés un mal día aunque todavía no sé porqué, pero me diste miedo en un momento Marcos.. pensé.. pensé que le ibas a pegar' - me puse nerviosa.
'Mirá si le voy a pegar, ¿me creés capaz?' - me respondió.
'Y.. te había cambiado la cara, no sé.' - le dije.
'Mirá, no quiero discutir por un pendejo que encima me rayó el auto, casi lo mato. Mejor sigamos y después hablo con Julio' (mecánico, chapa y pintura y esas cosas) - y arrrancó el auto.

El camino restante se dio en silencio, nadie decía nada y a él se le había ido un poco la bronca, así que en un momento me preguntó:

'¿A dónde preferís ir? ¿Una clínica, un hospital, el consultorio de un obstetra, una salita, a la casa de Gobierno, a dónde vamos? Yo no sé nada de estas cosas..' - papá preocupado.
'La verdad que yo tampoco.. pero, ¿si vamos a una clínica? Algún médico nos puede orientar.' - mamá inexperta.
'¡Pará! Ahora que me acuerdo, hoy leí en el diario que.. ¡están de paro los médicos! Están pidiendo aumento salarial, que le reconozcan no sé qué cosas, ¿justo hoy tiene que ser? ¡La puta madre! ¿Qué hacemos? Debe estar todo cerrado, y ya pedimos el día en el laburo, y mañana tengo un día re jodido y quiero empezar a tener información y quedarme tranquilo cuanto antes. No, no, ¿algo más que me pase?'.


Y se largó a llover.

viernes, 25 de junio de 2010

El desastre

Los lunes son caóticos por naturaleza, se sabe. Y ése no fue la excepción.

Marcos se levantó temprano tal como lo habíamos acordado e hizo los llamados correspondientes para avisar no sólo del embarazo sino de la ausencia y los motivos totalmente justificables. No hubo ningún problema.

No me llevó el desayuno a la cama y me tuve que levantar por un portazo que le dio a la puerta del baño. Estaba nervioso, se le caían las cosas, caminaba de acá para allá y balbuceaba frases misteriosas. Por primera vez lo ví raro.

Fui hasta la cocina y lo encontré con los ojos rojos, con la mitad del pijama y la mitad de la ropa que se iba a poner. Revoleaba las piernas por el piso y puteaba por cualquier cosa. Le pregunté si estaba bien y me dijo que no, que no había podido dormir en toda la noche y que era un manojo de nervios.

No sé si se lo habré contagiado o qué, pero el que ese día estaba alterado era él y no yo.

Salió torpe, apurado y como temeroso. Se subió al auto, pero se había olvidado las llaves así que tuvo que volver a subir y en el trayecto se habrá acordado de Dios, de la madre del vecino y la hermana del que justo pasaba por ahí; no bendiciéndolas, claro.

Como un día de otoño, después de un fin de semana soleado y agradable, llegan las nubes y los malos humores. Yo pensé que se había enojado conmigo por lo del día anterior, pero por las dudas no se lo pregunté y cruzamos 3 palabras como mucho.

Para ponerle más leña al fuego, las calles de la ciudad amanecieron con pozos sumamente importantes que nos hicieron saltar en más de una esquina y con vendedores ambulantes que querían encajarte las lapiceras, cuadernitos y los pares de media como sea.

Esperando el semáforo, y dado que era una hora pico, eramos una larga fila de autos apretujados como esperando el tiro para empezar la carrera. Sin embargo, las bicicletas que se meten por cualquier lado y andan esquivando peatones y perros como un jueguito de computadora nos pasaron tan tan tan cerca, que una le rayó el auto a Marcos.
El auto es para él lo que para mí una buena copa de frutillas con crema mirando la novela de la tarde. Y enloqueció. Fue la gota que rebalsó el vaso. Es increíble cómo cuando tenés un mal día te pasan todas las cosas juntas y ahí lo ví a Marcos saliendo echo un lobo del auto, agarrando al pendejo de la bicicleta, haciendolo caer al piso justo cuando el semáforo daba verde.


No me quedó otra que bajarme del auto yo también.

miércoles, 23 de junio de 2010

Me lo morfo

Me llevó 'a casa', me sentó y me aclaró los tantos:

'Gorda, yo entiendo que haya pasado todo muy rápido entre nosotros y que de un día para el otro nos vimos casados, padres y conviviendo, ¿quién se lo iba a imaginar?. Bueno, eso no importa, ahora quiero que sepas que yo te voy a comprar los chocolates a las 3 de la mañana cuando tengas un antojo, voy a cuidar al bebé cuando se levante a la madrugada, voy a aprender a cambiar pañales para desahogarte un poco a vos y te voy a prestar la tarjeta para cada regalo que quieras hacerte a vos y al bebé. Así que tenés que estar tranqui, por la beba, bueno, por el bebé y ya mañana temprano aviso al laburo bien todo, llamo al tuyo y aclaro también y rajamos para la clínica a ver que nos dicen, ok?. Pero vos, la madre de mis hijos tiene que estar tranquila y no llorés, no llorés que me vas a hacer llorar a mí' - me dijo el padre del siglo.

'Lloro de alegría, y porque te amo a vos y encontré a mi alma gemela' - enamoradísima y con las hormonas carburando. (alma gemela, qué ilusa..)

Esa noche cocinó él.


Al otro día, desastre.

domingo, 20 de junio de 2010

Así que estoy..¡¡¿¿embarazada??!!

No sé si lo hizo porque quiso arreglar la cara larga de la noche anterior cuando le dije de cocinar o qué, pero me despertó con música tranqui y me llevó el desayuno a la cama. Completo, hasta con juguito exprimido.

Era domingo y como ya estábamos en otoño era de esos días soleados y fríos. Nos fuimos hasta la plaza, compramos unos chipá, armamos el mate y le dimos de comer a las palomas. Re cursis. Caminamos agarrados de la mano, hasta que me cayó la ficha y:

'Marcos, pará, yo estoy embarazada. O sea, voy a ser mamá. Y vos papá y mi mamá abuela, ¿no?. Entonces tiene que salir todo bien y desde ahora tengo que ir hablando con un profesional. Un obstetra, un pediatra, un clínico, un cardiólogo, lo que sea. Porque yo lo quiero tener en una clínica, con lo mejor que se pueda. No me vas a venir, vos que sos medio hippie, con eso de tenerlo en la casa ni en la selva ni en medio de la calle, ¿estamos?' - y se espantaron las palomas.
'Sí amor, yo también quiero lo mejor para la nena' - me respondió con toda la traquilidad.
'Pará pará, que yo quiero tener un varón así que va a ser un nene y vos vas a querer lo mejor para el nene' - me alteré.

La gente me miró como diciendo "y a esta loca qué le pasa" y la verdad que tenían razón. Hasta ese momento no me había dado cuenta del todo. Era más como cuando hacíamos los chistes de adolescente o cuando soñabas con estar con un bebé en brazos. Y ahora realmente había caído que lo de la semillita era verdad y me estaba pasando a mí.

Me puse histérica y obsesiva, más de lo habitual. Marcos no entendía nada. Y me miraba. Yo hablaba, casi que gritaba, como si lo estuviera retando. Sin ningún tipo de motivo me puse caprichosa con un varón. Pero no sabía por qué.

Me tildé un minuto, se me juntaron todos los hechos de los últimos días y dije: 'estoy embarazada' y me largué a llorar.

jueves, 17 de junio de 2010

¿Varón o nena?

'No, hoy no. Estamos cansados los 2' - escapó a mi primer pedido.
'Ya sé, delivery. Unas empanadas de choclo y roquefort. Para mí media docena. ¿El helado lo pedís vos? ¿O preferís chocolate? Por mí las 2 cosas juntas, ya sabés.' - me agarró un ataque de ansiedad.
'Te va a caer mal tanta comida. Hagamos así. Media docena para los 2 y cualquier cosa reforzamos el postre, ¿te parece?' - me cuidó de entrada.

Como pasa casi nunca, las empanadas llegaron calentitas y todavía no se había abierto ninguna. Encontramos una peli entretenida y nos metimos en la cama (singular) los 3 y las 6 empanadas.

Después de engullir la cena y de secarme un par de lágrimas, le pregunté a Marcos:
'Chancho, vos ¿qué preferís que sea, varón o nena?.'
'La verdad que una nena, siempre me imaginé haciendo colitas y recibiendo "papases te amos"' - me dijo con toda la dulzura.
Yo, que seguía con hambre y sin esperar el postre, me lo comí a besos.



Ustedes ¿qué hubiesen prefierido? ¿Varón o nena? ¿Alguno es padre/madre ya?.

domingo, 13 de junio de 2010

¿Vieron que tenía razón?

'Pero.. es tu espacio, yo no te quiero invadir, ¿estás seguro?' - le dije.
'No me molestás para nada mi amor. Aparte es grande y yo ya me aburro un poco cuando llego y no tengo más que el televisor para que me escuche.' - me dijo mi marido.
'What? ¿Le hablás al televisor? No, definitivamente no me puedo ir a vivir con un tipo que le habla a su televisor' - y nos reímos.

'Decile que sí nena que me queda cerca de casa y puedo ir cuando quier.. digo, cuando necesites algo urgente.' - ya me imaginaba a Matilde interrumpiendo nuestro sexo, tocando el timbre con una docena de empanadas a la noche, dispuesta a quedarse a cenar con nosotros.

Se sumó Rodolfo, que parecía haber asumido que 'la nena ya creció' y disfrutarlo tanto como nosotros. Y entre los 3 me convencieron. Así que esa misma noche empezamos a abrir valijas y vaciar roperos. Abrir cajas y vaciar cajones.

'Eh.. ¿hace falta que llevés esto?' - me dijo Marcos con una caja llena de cartitas y regalitos y todas esas cosas de la infancia.
'Por supuesto. Vos lo decidiste así, ahora jodete' - y lo besé.

Quedaron un par de cajas por llenar ese día, pero cuando entré al departamento de Marcos y lo etiqueté como 'mi nueva casa' supe que habían habido muchos cambios en poco tiempo y pocas cosas aclaradas.
El hecho de ser mamá me había cansado un poco más de lo habitual y me senté y prendí la tele.

'Amor hoy cocinás vos, no?' - le grité a Marcos que estaba en la pieza. '¡Mirá que tengo un hambre!.
Me miró de mala gana.


Primer problema de convivencia en puerta.

viernes, 11 de junio de 2010

¡Así que van a ser abuelos!

Tosió un buen rato hasta que se le acomodaron las ideas.

'¿Cómo que embarazada?. ¡Y no nos dijiste nada!. ¿Vos Matilde sabías algo de ésto?' - dijo Rodolfo en un tono sorprendido y como quejoso.

'N..no..nono, tampoco' - Matilde in shock.

'Bueno, ahora se los estamos contando. ¡Estamos re-felices! ¡Así que van a ser abuelos!' - les dije para cortar un posible cercano reproche.

'Ah no, ahora esperame que voy a buscar la maquinita y lo castro a éste' - Rodolfo in shock.

'Tarde suegro, jajajajaja, no mentira. Quédese tranquilo y alégrese, ¡va a ser abuelo!' - y todos nos reímos.

Nos abrazaron, nos felicitaron y se pusieron tan contentos como nosotros. Ahora había formado una familia y tenía un hombre que me iba a cuidar y un bebé en camino que iba a ocupar todas mis prioridades. Todo estaba viento en popa, con la familia unida, un bebé en camino, con un hombre al lado. Casada y con hijo.

Les comentamos la anécdota con Rosita y salimos de rotation por las inmobiliarias.
Estuvimos recorriendo todas y como ninguna nos parecía 'la' casa o 'el' departamento, Marcos, siguiendo con sus propuestas y sacando conejos de galeras me dijo:

'Pero, ¿cómo no se nos ocurrió antes?. Yo vivo solo. Gorda, ¿querés que vayamos a vivir los 3 a mi departamento?.'

martes, 8 de junio de 2010

¿Para 3?

Entramos, subimos al ascensor y nos dimos unos besos melosos. Saqué la llave y entré a casa.
Como eran ya las 4 y media, hora reglamentaria de merienda en casa, mi mamá estaba esperando que se caliente el agua de la pava, comiendo unos bizcochitos y mirando el noticiero.
Nos vio entrar y nos saludó cayándonos por un 'terrible accidente en Panamericana'.

'Ma, te aseguro que lo que te venimos a decir va a ser más importante que el terrible accidente en Panamericana' - le dije en tono de chiste. Marcos me miró y sonrió. Nos agarramos de la mano.
Matilde se dio vuelta enseguida y nos escuchó con un bizcocho en la mano:

'¡Nos vamos a vivir juntos!' - gritamos al unísono.

Mi viejo, que se estaba afeitando en el baño corrió con la toalla en los hombros y la espuma en la cara, con la maquinita en la mano. Lo miró a Marcos.

'¡Más vale que la cuidés a mi nena porque te arranco los huevos con esta maquinita, eh!' - Rodolfo, siempre Rodolfo.
A Marcos le habrá parecido un gran dolor porque le dijo: 'Pero sí suegro, quédese tranquilo'.


El agua ya estaba a la temperatura justa así que la escena que siguió fue la de nosotros 4 tomando unos ricos mates dulces con bizcochitos, planeando la visita a las diferentes inmobiliarias de la ciudad y viendo qué era lo que nos convenía más.

'Sí, ahora necesitamos lugar para 3, así que lo mejor va a ser..' - comentó Marcos.

Mis viejos se miraron. '¿¿¿Para 3???'

'Ah, cierto que no les dijimos nada. ¡Estamos esperando un bebé!' - les dije con una sonrisa enorme en la cara.

Mi viejo se atragantó.

sábado, 5 de junio de 2010

Aliento de mono de zoológico

- Te parece? No es muy pronto? - le pregunté un poco insegura.
- No gorda, yo estoy completamente seguro que sos vos la mujer con la que quiero despertarme a la mañana - me dijo, enamorado.
- Y oler el aliento de mono de zoológico que tengo? Mirá que siempre odiaste los malos olores Marcos - se notaba que quería huir?.
- Estoy dispuesto a bancarme cualquier cosa, yo ya te elegí - me moría del amor.
- Pero.. - intenté.
- No, basta - me interrumpió. - No acepto un NO como respuesta, así que ésta misma tarde salimos de inmobiliaria en inmobiliaria a buscar el elegido. -
- Pará, pará, está bien, pero antes vayamos a lo de mamá que no sabe nada del bebé y de paso le damos también ésta noticia - La familia es lo primero.
- Bueno está bien, te amo. -
- Yo más mi chancho. -

miércoles, 2 de junio de 2010

Mi primer gran error (IV)

Salimos indignados los dos y dado que no nos había alcanzado el tiempo ni para mordisquear el borde de un bizcocho, que teníamos hambre y se acercaba la hora del mediodía decidimos ir a comer unas buenas hamburguesas con gaseosa.
Yo seguía puteando a mi suegra internamente y él manejaba como con bronca.

Después de 10 minutos me encargué de disipar todo con un: 'Yo sé que en el fondo me quiere' que nos hizo largar una carcajada que duró hasta que estacionamos.

Había empezado mi período de embarazada, así que no dudé entre comer ésto o aquello por las calorías o si pedirme o no un buen postre. Pobre Marcos, pagó él mis 2 hamburguesas con papas fritas grandes y el vaso de gaseosa. Ah! No nos olvidemos del helado y el paquetito de chizitos en el kiosco de la esquina 'para sacarme el gusto'. Sí, ya me había dado cuenta, iba a engordar como loca.

Volvimos llenos, satisfechos y comentando cosas como posibles nombres, si nos gustaría varón o nena, que el jardín, que la escuela, que los padrinos, etc.

Cuando llegamos a la puerta del edificio Marcos me dice:

'Amor, vos sabés que estoy enamorado de vos, la pasamos brutal juntos y eso se nota en el bebé que está en camino. Aparte me siento seguro de tenerte para toda la vida y de hecho te elegí como esposa. Me enfrenté a mi vieja, hice cosas que no había experimentado antes y que gracias a vos conocí y me encantaron. Estamos bien económicamente los 2, con trabajo y todo un futuro por delante. Yo vengo pensando, no sé qué te parece a vos, pero creo que estaría buenísimo. Y bueno, no sé, em.. qué me decís si te digo:


¿Y si nos vamos a vivir juntos?'.

sábado, 29 de mayo de 2010

¡¿Qué!?

Nos levantamos temprano, a eso de las 9 y media y le avisamos a mi 'querida' suegra que iríamos a desayunar con ella, que nos espere con unos ricos mates. Nosotros llevamos una docena de facturas (ya había empezado con los antojos).
A eso de las 10 estábamos sentados en la mesa del comedor. Yo estaba inquieta, incómoda, me quería ir. Marcos hizo intentos vanos de tranquilizarme antes de entrar. Yo quería que sea algo rápido. Entrar, saludar, contarle, recibir los gritos e irme a mi casa. Pero no fue tan fácil.

Para sorpresa nuestra, cuando a la muy yegua le dijimos con una sonrisa enorme en la cara que íbamos a ser padres y ella abuela soltó un ¡¿Qué!? más grande que el de Marcos la noche anterior.

'No, Marquitos, ¡no puede ser!. Vos sabés que no nos llevamos nada bien entre ella y yo y que ya mucho me pesa que hayas decidido.. ay dios mío, casarte con ella, pero por favor decime que ésta no es la madre de tu hijo y ¡menos ahora!' - lo dijo así, sin pelos en la lengua y sin tener en cuenta que yo estaba ahí sentada, escuchando.

Se me hinchó la vena en el cuello y cuando me paré para ponerle los puntos a la vieja chota de nombre pedorro, me frenó él, mi elegido y se encargó de acomodarle las ideas:

'No le podés faltar el respeto de semejante manera ni a ella ni a mí ni al bebé. Mal que te pese, yo la amo y va a ser mi mujer para toda la vida (¿para toda la vida?). Así que mientras yo te pueda escuchar, ni se te ocurra decir algo en contra de ella, ok?. ¡Qué increíble! Toda la vida diciéndome cómo tengo que actuar y no cumplís con el ejemplo'.

Me quedé muda. Jamás me imaginé una situación así. Cada vez que salía el tema de conversación 'Rosa' o 'mi mamá' o 'tu mamá' me dijo que me mantuviera al margen, que nunca (¿nunca?) iba a influir en nuestra relación. Y escucharlo por primera vez no-defenderla me resultó hiperextraño.

'Y no tenemos más nada que hablar con vos. Vinimos a decirte lo feliz que nos hace semejante noticia, siendo la primera de la familia en enterarse y nos contestás de esa forma' - le seguía diciendo y yo encaminé hacia la puerta.

Salimos y antes de cerrar la puerta escuché un..

'Pendeja de mierda, me va a separar de mi hijo'.

Está loca, realmente.



Y ustedes, ¿qué tienen para contarme de sus suegras?.

jueves, 27 de mayo de 2010

¡ Estamos embarazados !

Me estiré en la silla y medio que entrecerré los ojos, haciendo fuerzas para no (sí!) oír lo que me decía. Tenía miedo, sí. Soy un poco extrema y ansiosa, también.

Abrí un ojo y lo miré. Estaba muerto de amor, con los ojitos llorosos y la boca haciéndose sonrisa. Se levantó de nuevo y me abrazó más fuerte que antes. Me dijo que me amaba mucho, que era el mejor día de su vida y la mejor noticia del mundo.

Inmediatamente pasó su mano por mi panza y, a pesar de todavía no tener nada, se imaginó cómo sería en unos meses. Entendió el por qué no a la cerveza y el por qué sí al juguito de naranja.
Suspiré aliviada y después comimos en paz. La pizza estaba buenísima y la devoré de alegría. ¿Viste cuando está bien crocante, con la cantidad justa de salsa, un queso que le chorreaba de lo bueno que era y un tronquito durito que le daba el fin a una porción espectacular y ya tenías ganas de repetir? Bueno, así.


Miramos una peli y no me soltó la mano nunca. Sentía sus besos en mi cuello y me demostró al pie del cañón lo feliz que lo hacía saber del bebé.

Esa noche dormimos juntos, en casa. Bah 'dormimos'. No pudimos pegar un ojo en toda la noche y ya con la luz apagada y tapados hasta el cuello, no paramos de reír y abrazarnos y besarnos y tratar de caer con la noticia. Marcos se lo había tomado bien, y ahora yo también.

Después de todo, estaba segura con quién estaba compartiendo mi vida y era esa persona que me susurró toda la noche que me amaba.

El drama llegó la mañana siguiente cuando, sin otra alternativa, tuvimos que comunicarle la noticia a nuestros respectivos padres, los abuelos del bebé.



No se imaginan la reacción de Rosa, mi suegra.

martes, 25 de mayo de 2010

Te tengo que contar algo II

Enseguida se paró y me abrazó fuerte. Yo estaba rendida en la silla, llorando. No sabía cómo se lo iría a tomar ni qué rumbo tomaría la relación ahora que estábamos mejor que nunca. Y aparecía ésta noticia..

'Qué te pasa amor?' - me dijo.
Yo seguía llorando, no quería afrontar el momento todavía pero sabía que lo tenía que hacer.
Después de un rato tomé valor y..

'Marcos, no sé cómo te lo irás a tomar y estoy dispuesta a afrontarlo sola si querés, pero hay algo que necesito que sepas' - le dije sin vueltas, no aguantaba más.

Me miró expectante, confundido, atemorizado y ansioso.

'Estoy embarazada'.

sábado, 22 de mayo de 2010

Te tengo que contar algo

Cómo que qué quiere decir Lau? Estoy embarazada! - le dije en un estado pre-shock. Una señora que se estaba lavando las manos nos miró por el espejo sorprendida también.

Laura tenía el 'cosito' en la mano y lo miraba y me miraba a mí. No me decía nada. Hasta que le cayó la ficha, se emocionó y me abrazó más fuerte que nunca.

¡Ay, te felicito amiga, no lo puedo creer! - me dijo.

Yo.. yo tam.. yo tampoco lo puedo creer. - empecé a temblar.


Salimos del baño abrazadas y llorando a moco tendido las dos. Empezó a delirar con nombres y futuras situaciones, con viajes, con regalos que le iba a hacer a mi bebé y hasta dijo que se iba a poner a tejer!. Tengo que decir que me sacó una sonrisa, pero yo también pensaba en Marcos, en cuándo se lo iba a decir y cómo iría a reaccionar. En mis viejos, 'mi mamá va a empezar a los gritos y va a llamar a toda la familia' pensaba.

A modo de antojo (excusas, obvio!) me compré una barra de chocolate (de los buenos) bien grande y salimos a caminar por las plazas. Nos topamos con familias jugando con sus hijos, tomando mates, sentados, disfrutando del sol. Visitamos un par de negocios de ropa para bebés y simulamos un parto, estabamos re-locas.

Se hizo de noche y llegó la hora de volver a casa. Lo llamé a Marcos y le dije que tenía algo muy importante para decirle, que quería y necesitaba verlo. A los 10 minutos estaba en casa, con pizza y cerveza para 2.
Preparé la mesa, prendí la tele y cuando empezamos a comer, notó que me servía gaseosa y no la cerveza que él había traído. Le sonreí y le dije:

'Amor, te tengo que decir algo muy importante.'

Y me largué a llorar.

jueves, 20 de mayo de 2010

Y uno más uno dio tres

'Che, gorda, aparecieron 2 rayitas, ¿qué quiere decir?' me dijo Laura.

martes, 18 de mayo de 2010

¡No me viene! II

Había sido mucho por un solo día, así que decidimos dejarlo para el siguiente. Ésa noche llegué a mi casa sola, aparentemente con cara de preocupada porque mis viejos me preguntaron todo el tiempo qué me pasaba o si estaba bien. No me acuerdo qué excusas habré inventado, lo que sí es que yo estaba absorta en mis pensamientos y me imaginaba lo que podía llegar a pasar al otro día.

Si el cosito (siempre me dio cosa nombrarlo) mostraba una sola línea, todo estaría bien, normal, encontraría placer en la rutina por primera vez y lo olvidaría.

Si el cosito mostraba dos líneas cambiaría mi vida, totalmente. No más salir, no más irresponsabilidades, no más momentos sola y en las fotos con Marcos seríamos 3, no 2. No más llegar a cualquier hora ni autodependencia. Habría alguien más en mi vida, alguien tan o más importante que cualquiera de mis familiares o amigos.

'¿Qué se sentirá tener un hijo?'.

Mi adolescencia extendida y mi 'vida-loca' llegarían a su fin. Ya lo dije, un cambio total y absoluto.

Me costó dormir esa noche y al otro día me levanté tensa. Afuera era un día nublado y desde el balcón se podía ver cualquier escena típica de un otoño en la ciudad. Todos continuaban con su vida habitual, corriendo atrás de sus problemas o paseando y dándole de comer a palomas o perros que se cruzaban. Y me imaginaba en la misma situación, con Marcos y mi hijo/a...

Mejor la mente en blanco y salir en busca de la respuesta. Laura, mi fiel compañera, llegó puntual a casa y con la excusa de dar una vuelta, salimos.

El farmacéutico estará acostumbrado a vender 'cositos' porque lo entregó como una aspirina cualquiera. Claro, en ese coso no estaba la respuesta de su vida!

Entramos al shopping y corrimos al baño. Entré, hice lo que tenía que hacer y Laura contó el tiempo. No quise ni mirarlo durante los minutos que tuvimos que esperar y cuando se cumplió la hora abrí los ojos. Laura estaba al lado mío, mirando atentamente qué cantidad de rayas había. Tenía los ojos abiertos bien grande y la boca entreabierta.

Y su respuesta fue..

sábado, 15 de mayo de 2010

¡No me viene!

No me venía, no me venía y no me venía. Y yo me preguntaba ¿qué hago?, ¿a quién le digo?, ¿cómo no nos cuidamos?, ¿estaré embarazada?.

La última pregunta me hizo eco en la cabeza todo el día. No sabía qué hacer y lo peor era que no le quería contar nada a nadie. Me agarró un ataque de paranoia. Yo, que soy regular, nunca me había fallado don Andrés y ésto me descolocó.

Al día siguiente y viendo que todo seguía igual no aguanté más y la llamé por teléfono a Laura y acordamos de juntarnos en un bar en una hora.

Me bañé tensa, no combiné la ropa y salí con buso haciendo 25 grados. Estaba mal.

Obviamente llegué más temprano de lo acordado y me pedí un café (odio el café, no sé por qué lo pedí). Estaba horrible, re amargo, puaj!. Al ratito llegó mi salvadora, mi oído, mi psicóloga, mi cura, la que escuchó todos mis pecados. Y se lo tiré así, de una. Antes de que se siente le dije con cara de seria y preocupación: NO ME VIENE HACE UN MES Y UN DÍA. No me dijo nada y se sentó.

Hablamos, sí que hablamos y pedimos té, jugos y un submarino cuando empezó a hacerse de noche. Estuvimos toda la tarde dándole vueltas al asunto y yo seguía preocupada. Me agarró angustia oral y todavía me acuerdo de la docena y un poco más de medialunas dulces que comí. No paraba de hablar, lloré y me preocupé. No quería quedar embarazada a los 25 años, a pesar de estar casada con el amor de mi vida (¿el amor de mi vida?).

Laura me contuvo y me calmó un poco. Y la decisión final es obvia: salimos en busca de una farmacia y compramos un test de embarazo. Ahí iba a encontrar la respuesta.



Y ustedes, mujeres, ¿qué pensaron en sus atrasos?. Y ustedes, hombres, ¿les dijo alguna chica alguna vez de un atraso?

miércoles, 12 de mayo de 2010

Cancún es una fiesta

Como buen caballero respondió que sí, que ya salía y que por favor esperara un momentito. ¡Nos cortó el polvo! pensamos al mismo tiempo.

Me cambié más rápido que nunca y atiné a acomodarme un poco los pelos. Su cinturón volvió al lugar correspondiente y mi camisa volvió a abrocharse, tal como había estado antes de entrar.

Marcos pispeó un poco por el pasillo y no había nadie, así que salí primero yo y me reubiqué en el asiento, haciéndome la dormida. Al ratito llegó él y juntos nos pusimos a ver quién podía habernos delatado de tal forma. Creo que la vieja de anteojos grandes y cartera de su mamá nos dirigió una mirada de reojo cuando pasamos. Al final nos terminamos durmiendo.

Al otro día sentí un bullicio y me desperté. Estábamos llegando y era un día radiante. Lo desperté a Marcos que tenía baba en la remera y los pelos todavía revolucionados. Le dije que lo de esa noche se iba a terminar en el hotel, y me sonrió.

La llegada, la espera de las valijas y el nuevo papelerío fue otro momento estresante y no veía la hora de tirarme toda despatarrada en un colchón, sacarme toda la ropa, embadurnarme en crema para sol, ponerme la bikini, agarrar la cámara de fotos y los lentes y salir para la playa.

Cancún fue precioso, inolvidable y lleno de recuerdos. La playa espectacular, un paisaje soñado. El amanecer y el anochecer con tragos frutales, caminando con Marcos por la orilla es uno de los mejores momentos de nuestra luna de miel. Nuestro primer viaje como pareja nos afianzó muchísimo y eramos 2 adolescentes en su viaje de egresados. Salimos a bailar, conocimos gente nueva, extranjeros y cancunenses.
Y el hotel. La verdad que mi marido no miserió en nada y el hotel colmó mis expectativas. No hubo ninguna chica de servicio que nos haya interrumpido (o si la hubo no nos enteramos) y la atención fue de 10.

Después de las casi 2 semanas en el paraíso llegó el momento de volver a la rutina. Y el papelerío, y los apurones, y el trabajo, y la familia, y (...).
Nos costó adaptarnos, pero lo tuvimos que hacer.

Al mes siguiente me empezó a parecer un poco extraño una pequeñísima pero demasiado importante cosa.

No me venía.

domingo, 9 de mayo de 2010

Luna de miel

Yo la escuché entrar, pero nos hicimos los dormidos. La cara de sorpresa que puso cuando abrió la puerta y nos encontró así me la acuerdo todavía hoy y mis amigas me la hacen hacer cada 2 x 3.

A la semana teníamos los bolsos armados, toda la ropa apiladita y ordenada esperando ser usada del otro lado del continente, junto con la cámara de fotos, los lentes y mis cremas para el sol. Marcos se llevó una pelota de fútbol (diganmé para qué), su perfume favorito y sus cigarrillos preferidos. En el aeropuerto nos seguimos dando besos, mientras hacíamos el papelerío, y exhibíamos con orgullo nuestra situación de marido y mujer. Mis valijas y sus bolsos fueron bastante pesadas, pero con unos pesos arreglamos con la chica que nos atendió y pudimos llevarnos todo, sin dejar nada.

Yo tenía un sombrero en la cabeza, un pañuelo atado al cuello y los lentes de sol. Siempre quise hacer mi primer viaje en avión así y me sentía la reina de Inglaterra (pero joven). Marcos pudo superar su miedo a los aviones y nos leímos unas cuantas revistas, miramos una peli a la noche, pero nuestro amor quedó expresado ante los ojos de todos. Eramos dos tortolitos enamorados, haciendo su luna de miel. La alemana que estaba adelante nos miraba raro. Está bien, lo admito, fuimos un poco reboltosos cuando todos querían dormir y mi marido estaba un poco mimoso.

Igual, a eso de las 4 de la mañana, hora argentina, volando por el norte de Brasil, el calor se hizo sentir tan fuerte que, aprovechando la tranquilidad del avión y el silencio en el pasillo, nos sacamos los cinturones de seguridad y lentamente, nos dirigimos al baño. ¡No iba a viajar por primera vez en avión sin cumplir esa famosa fantasía de hacerlo en el baño!

Primero entré yo y observé el panorama. El lugar era chiquito, pero apretaditos los 2 entrábamos. Marcos me siguió y me besó el cuello. Ya mi camisa azul se empezaba a desprender y su remera roja con una frase que decía 'La pasión no tiene fronteras' estaba en el piso. Me dijo cosas muy zarpadas al oído y se me puso la piel de gallina. Le desprendí el jean y su boxer de corazones relució su.. su.. sus ganas de estar conmigo (mal pensados!). Mi cinturón lo usó para atarme las manos y fuí víctima de su placer. La barba me rozó la espalda y pude sentir sus besos por mi cintura. Yo hacía todo por poder tocarlo y sacarme las ganas de sentir su cuerpo también, pero no podía.

En medio de tanto jolgorio, sentimos un par de tacos en el pasillo, cada vez más fuertes...

Al minuto, el ruido cesó, pero después escuchamos del otro lado un:

toc toc, '¿hay alguien?'

viernes, 7 de mayo de 2010

Mi primer gran error (III)

Me levanté como una lady, como diciendo 'aquí no pasó nada', pero llegué al altar un poco rengueando. La iglesia había cesado de risas y yo pedí perdón mientras el cura me preguntaba si estaba bien (en realidad ellos debían habermelo pedido a mí por reírse de mi mini-accidente!).

En fin, la ceremonia fue divina, la música le ponía más emoción de la que había y Marcos estaba feliz. Al momento de los anillos, Laura y mi mamá se acercaron para sacar unas fotos. Mi casi marido me estaba diciendo que me juraba amor eterno, que era el amor de su vida y lo más importante que tenía. Rosa del otro lado rezongaba y no atinó a felicitarnos cuando salimos, ya con los anillos y arroz en el tocado.

La noche era espectacular y el salón ya nos estaba esperando para una velada genial. La comida estaba exquisita, el cotillón súper fiestero y el Dj pasó los mejores temas. Bailamos, disfrutamos, fuimos felices. Rodeado de amigos y familiares queridos (bueno, la mayoría) que nos deseaban lo mejor y abalaban nuestra decisión eterna (¿eterna?).

La noche de bodas fue para el recuerdo. Fuimos al mejor hotel de la ciudad, en una habitación completa completa. Apenas entramos, llenándonos de besos por el cuerpo, nos fuimos sacando la ropa, pieza por pieza. Yo lo notaba excitado, con mucha pasión que quería salir. Las paredes, la alfombra y el balcón fueron testigos de nuestros orgasmos y el momento del hidromasaje con champagne fue tocar el cielo con las manos. Yo estaba con mi reciente marido, en una habitación lujosa, en el hotel más lindo, tomando champagne en un hidromasaje y jugando con la espuma y las burbujas. Marcos estaba insaciable y recordamos viejas épocas de noviazgo. Una música tenue acompañó las 7 horas de placer hasta que quedamos rendidos en la cama, comiendo chocolates y bombones, plenos y satisfechos. Ya empezaba a amanecer así que nos quedamos dormidos, así, desnudos, cuando entró la chica del servicio y se encontró con semejante situación.



Igual, lo mejor, vino en la luna de miel.. ¿a qué no saben qué pasó?

martes, 4 de mayo de 2010

Mi primer gran error (II)

Al otro día ya estaban todos enterados de la ceremonia y mi vieja empezó con todos los preparativos. 'Que el mejor salón va a ser éste porque tiene ésto, ésto y aquello, que en la comida tiene que haber lo mejor para todos, que ninguno salga desconforme,blablabla'. Obviamente no me perdí ni un sólo detalle y todo quedó a gusto de Marcos y quien les escribe.
Y así fue como el 17 de marzo nos casamos por iglesia, con toda su familia a la derecha y la mía a la izquierda.

No voy a olvidarme nunca de lo nerviosa que estaba ese día y del kilo y medio de helado de dulce de leche granizado que me comí(acompañado por la culpa de que no me iba a entrar el vestido).

Marcos me iba informando vía sms de cómo estaba yendo todo en la iglesia y así estuvimos todo el día: que te amo de acá, que te amo de allá, que éste día es único y todas las cursilerías de siempre.
Laura, mi mejor amiga, me acompañó durante todos los meses de preparativos, hasta que entré a la iglesia. No podía estar sin su opinión a cada paso que daba.

Cuando ya estaba todo listo, llegó la hora de entrar. Se abrieron las puertas y me encontré con mi papá. Fue la primera y única vez que lo vi de traje, todo negro, impecable, un muñequito, me lo quería comer. Me abrazó y me dijo que estaba hermosa. Miré hacia el altar y sentí decenas de pares de ojos mirándome y sacando pañuelitos que se dirigían a las narices. Las flores en los bancos, la alfombra, las luces y los demás arreglos vistieron el lugar y lo dejaron hermoso. Sonaba Ave María de fondo, la situación era perfecta. Marcos, con ese smoking que le quedaba justo, sonriendo de oreja a oreja(siempre me gustó su sonrisa) me dijo a la distancia que me amaba y que era la mujer de su vida. Se me cayó una lágrima. El sacerdote nos esperaba ansioso, feliz y Laura y mi mamá estaban abrazadas, ahogándose en lágrimas.

Cuando ya quedaban 2 metros para llegar hacia donde estaba Marcos sucedió algo que no me voy a olvidar jamás: el taco de mi zapato hizo ¡track! y caí redonda al piso. El Ave María, las flores, las lágrimas y el velo quedaron atrás. La iglesia era una carcajada, hasta el cura se me rió.




Y ustedes..¿alguna vez vivieron una situación así? Diganme por favor que no fui la única!

domingo, 2 de mayo de 2010

Mi primer gran error

Toda niña pre-adolescente sueña con ser adulta, linda y esposa. Y yo no fui la excepción. Desde que tengo uso de razón me veía frente al espejo, embadurnada en maquillaje que le sacaba a mi hermana mayor y con los zapatos de mi mamá, de 10 números más grandes, hablando con 'mi marido' y diciendo boludeces.

Marcos tenía para mí, lo que yo había soñado a esa edad como mi marido y así fue que, después de 5 años de noviazgo (lo conocí a los 20), me casé. Si las cuentas no me fallan, el tenía 27 y yo 25.

A lo largo de esos 5 años tuvimos sexo desenfrenado, fiestas, peleas, discusiones, borracheras, noches hippies, conocí a mi suegra y le tuve que lavar los calzoncillos más de una vez.

Consejo: chicas, nunca permitan lavarle los calzoncillos a un hombre(exceptuando hijos y familiares como padres adultos). Es la señal más clara de 'dominio masculino'. Yo sé por qué se los digo.

Vuelvo. Mi relación con mi futura(para ese momento) suegra no era como en las películas melosas donde todo es color de rosas y de unicornios blancos. Nos odiábamos, nos detestábamos y no podíamos sentir nuestras voces. Con decirles que una vez me intoxicó con unos fideos al pesto..

Fue una noche de abril, con una brisa que te ponía la piel de gallina. Estábamos en el balcón de su casa, después de unas cuantas copas de vino. Yo lo notaba nervioso, como tenso. Inseguro, distante. Con la excusa de irse al baño, Marcos se fue 10 minutos. Cuando volvió con un champagne en la mano me largó esas 4 palabras malditas. 'Te querés casar conmigo?'. Yo cometí mi primer gran error. Le dije que sí.

viernes, 30 de abril de 2010

Mi primera vez

Si algo tiene que empezar a contar esta mal atendida, es el principio, o no? Fue el desencadenante de una serie de hombres queriéndose llamar 'machos' que no lograron esa sensación de decir 'qué bueno que estuvo'.

Mi primera vez fue con un primo. Pero no los primos con los que compartís las tardes familiares, ni jugás al supermercado ni a batallas lunáticas. Es ese primo que no ves nunca, el primo 'lejano'.

Yo tenía 15 años y él 17. Julián se llama, estaba buenísimo. Rubio, alto, ojos miel, en plena etapa de descontrol y rebeldía. Esa onda hippie que tenía me subyugaba, me podía y tenía fantasías con él.

Siempre me había tirado onda, haciendosé el macho Cosmopolitan y seduciendo a esa adolescente que todavía soñaba con el príncipe azul. Qué tonta era.

Cuestión que un domingo que todos fueron al supermercado y se dividieron las compras para Navidad, nos quedamos solos, inocentes, ingenuos.

Como todo chico de 17 años, siempre tenía un forro en la billetera por las dudas que pase algo. Y así fue. Qué bien que lo usó y cómo lo hizo. A lo mejor, al ser mi primera vez y no tener conocimiento de nada, me pareció genial.

Al principio me susurró palabras matadoras al oído, me acarició y ya me tenía ganada. Es decir, el jugueteo siempre había estado y ésta era su oportunidad. Y la aprovechó. Me llevó hasta la cama de mis abuelos y 'por calor' se sacó la remera. Después no sé cómo siguió. Pero tengo un recuerdo de estar con él, entre las sábanas, llenándome de besos y yo hice la gran 'muertita'. Me cuidó, todo un tierno, pero yo me moría de nervios. Me dejé llevar, estaba caliente yo también.

De todas formas no acabé, pero lo hizo bien. Nunca se enteraron en la familia de nada, aunque seguramente habrá comentado con sus amigos algo como un 'che, no saben, me comí a mi prima, la de las piernas flacas y los aparatos'.

Hoy creo que él se debe acordar de eso, porque cada vez que nos vemos me da una sonrisa de ganador que me hace acordar aquel 23 de diciembre.





Y ustedes... ¿qué me cuentan de su primera vez?

martes, 27 de abril de 2010

Bombos y platillos

Como la profesora ortiba de la secundaria, como la cajera del supermercado que te atiende mal, como la jefa que llega con cara de culo, como secretaria con tacos anchos, como cuando mamá no te dejaba salir, como la vecina que se queja por el volumen de la música, como quien nunca recibió su.. merecido, me declaro mal atendida.