lunes, 1 de octubre de 2012

De tal palo, tal astilla.

Me quedé muda. Esa no me la veía venir. ¿Estaba pretendiendo juntar en mi casa a la mujer que tantos problemas me trajo y en compañía de su mentora? No sabía si me estaba jodiendo o era en serio, pero me parecía ridículo de cualquiera de las dos formas. ¿No entendía que, si bien yo algo tenía que ver, no tenía que hablar nada con ellas? Y menos quisiera desatar una polémica, estando los chicos y Marcos presentes.

Por otro lado se me ocurrió pensar que ése iba a ser mi último sacrificio. Todo iba a terminar ahí y después me iba a olvidar de Lidia, Carolina y la Mar en coche. Además me picó el bichito curioso y me moría de ganas de saber cómo iba a ser esa charla. Después de todo, podría ser en mi casa, pero yo no intervenir, solamente ser una oyente y...tomar nota de todo.

'Está bien, me parece correcto. Acá empezó, acá termina. Pero lo que le voy a pedir es que me avise con unos días de anticipación así me acomodo para arreglar todo: horarios, los chicos, bueno, usted me debe entender. Y no se preocupe que con Carolina hablo yo, no quiero que se ponga mal porque podría ser peor. Muchas gracias Lidia, ¿eh? Espero su llamado. Hasta luego.'

Colgué con una sonrisa irónica muy grande. No quería ser jodida, pero a esta mina había que ubicarla. Y si veo que la madre no le pone los puntos, se los voy a poner yo. Fuiste Carolina.
Laura se quedó mirándome y me dijo: '¿Vos estás loca? ¿Qué tenés pensado hacer? No te metas en quilombos, Sara.'
'Vos dejameló a mí que yo lo voy a encarar bien. Algo se me va a ocurrir..'



Más tarde, ese mismo día: '¿Marcos? Preparate que la semana que viene tenemos visitas...'

miércoles, 29 de agosto de 2012

Poné los fideos que estamos todos.

Laura me contó que nunca la escuchó hablar de los padres ni de ningún familiar. Cuando le conté todo lo que había pasado no le sorprendió en absoluto y dijo que siempre le había parecido algo rara en sus actitudes, más aun al principio, cuando la conoció. De todas formas no dejó de decirme que si quería ella hablaba con los padres o haría cualquier cosa que yo necesitara. Le agradecí pero prefería hacerlo yo misma, creía que era la que lo tenía que hacer. Me propuso estar conmigo cuando haga la llamada, así que se vino a casa esa tarde.

A Marcos prefería contarle cuando ya haya hablado, así le decía todo lo que había pasado de un tirón. Mientras tanto, estaba nerviosa. Y no sabía por qué. Después de todo, el problema no era mío ni la que estaba loca de remate era yo. Pero frente a todo esto, pude ponerme por un minuto en los zapatos de Carolina y la entendí un poquitito. Me dí cuenta de que realmente estaba sola y que empezar de cero así era difícil para cualquiera. Sin embargo también reconocí que no era motivo para actuar como lo hizo y teniendo en cuenta el odio que sentía por mi, era un peligro que haya estado la posibilidad de que atienda mi embarazo. También era cierto que no era la única que se había venido de otra ciudad decidida a apostar en su futuro sin la compañía ni el consentimiento de nadie, y no todas reaccionaban de la misma manera. No sé, no quería darle más vueltas al asunto, así que apenas entró Lau a casa agarré el teléfono y marqué.

- 'Hola, ¿Lidia? Si, ¿qué tal? Te habla Sara, una conocida de tu hija, Carolina. Te llamo por un tema muy importante.'
Y así le conté todo lo que había pasado desde el primer día. Ella se largó a llorar, me pidió perdón cientas de veces y se hizo absolutamente cargo del estado de su hija, alegando que los únicos responsables eran ellos, que nunca habían creído en sus deseos y que, debido a la situación que tenían, era muy complicado que pudieran haber priorizado el futuro de Carolina, hecho del cual también se arrepentían profundamente.

A mí me conmovió todo su relato y entendí un poco más la raíz del problema. No sabía cómo encarar la charla para llevarla para el lado de que se viniera y se haga cargo o hablen con ella y le cuenten el cambio de postura sobre la decisión de ella de venirse acá y bancarse sola una carrera... Pero me ahorró el problema Lidia, diciendo:

- 'Con mi marido vamos a arreglar unos asuntos acá para organizar todo y poder ir para allá, así podemos verla y hablar con Carolinita. Yo le agradezco profundamente que me haya avisado y le vuelvo a pedir perdón por todo lo que mi hija le hizo. Ahora, si no es mucho pedirle, la reunión familiar, ¿podríamos tenerla en su casa? Me parece así armamos una gran charla donde podamos hablar de todo y de todos. Además tengo miedo de saber cómo puede llegar a reaccionar Carito, entonces preferiría estar acompañada en el momento en que se dé todo. ¿Usted qué opina?'

lunes, 13 de agosto de 2012

Alguien tiene que ceder.

No sé si mi vieja me estaba haciendo una joda, le habían cambiado la pastilla o había pirado, pero la cuestión es que eso era lo que ella pensaba. Cuando se fue no me quedé para nada contenta ni conforme con la charla que habíamos tenido entonces decidí hablar con alguien que esté de mi lado y me siguiera con el bardeo.

- 'Marito, en 5 minutos en casa. Hay crisis. Venite que yo pongo las masitas para el té.'

No hicieron falta más de 4 minutos y medio que ya me estaba tocando el portero.

- 'Tengo las orejas listas. Atacá.'
Y le conté todo. Desde el principio hasta la charla de recién con mi mamá. Nos hicieron falta más de medio kilo de masitas secas y una jarra y media de té. Cuando terminé me lo encontré con su camisa impecable lleno de miguitas, de piernas cruzadas sosteniendo el té y los anteojos más top del momento sobre su nariz.
- 'Al final es una loca mala peor que las que me cruzo yo. Yo te entiendo perfectamente a vos, mi amor. ¿Y tu vieja? ¡Cualquiera! En lugar de ponerse de tu lado, la defiende a ella sabiendo todas las cosas que te pasaron. Pero no me parece que le digas a Marcos que hable con la familia y hacerte cargo de sus problemas. ¿Acaso ella lo haría por vos? Mira Saru, hay cada una en la que yo no confío nada y esa mina nunca me terminó de cerrar. Pero, ¿por qué no hablás con Lau que es o era amiga de la turra? Ella la debe conocer más que todos nosotros. Bueno, que Marcos no, pero..'
- '¡Ay Mario, qué guacho! No me hagas acordar que Marcos estuvo con ella porque me da a pensar que debemos tener algo parecido para que él nos elija a las dos.'
- 'Sara, mirate lo que sos y decime qué tenés de parecido a ella. Mirate lo que sos, mirate. Vení, vamos al espejo. Una diosa del olimpo, madre, con un excelente trabajo, independiente, mirá esa cara y ese pelo. ¡Hace poco pariste, nena! ¿Quién se recupera así de rápido de una situación como esa? Hasta yo te doy, mamita, con eso te digo todo. Dale nena, dejate de joder. Tenés que tener seguridad en vos misma, ¡dejate de joder!'

Esas cosas me hacía falta escuchar. Mario tiene eso que dice lo justo en el momento justo y sin que yo se lo pida. Tiene un gran poder de percepción y es un gran tipo. Después de llenarme de elogios dejamos de hablar de lo mío y le dije que me ponga al día con sus andanzas y ese mundo de glamour que ya había dejado atrás. Mario seguía en las pistas, conociendo mejores chongos que los que yo pude cruzarme alguna vez y yendo al shopping todos los sábados, sin dejar de lado el té con sus amigos y amigas. Me contó cada detalle del buen sexo casual que tiene, de lo último en decoración y me tiró algunos tips para el invierno. Ese mundo del que alguna vez formé parte sigue siendo tan genial como cuando me entregué al formalismo y la relación seria.

Después de unas horas que estuvo con los nenes y rogándome ser padrino de alguno de los dos se fue dejándome un aroma de perfume exportado en todo el departamento que Marcos reconoció al instante cuando llegó del trabajo.

- 'Gorda, estuve pensando en todo lo que pasó. ¿No te parece que deberíamos hablarle a los padres de Carolina y ponerlos al tanto de todo? No sé, me parece, ¿qué opinás vos?'

Volvía el fantasma de Carolina a invadir mi ambiente y encima mi marido opinaba lo mismo que mi vieja. ¿Estaré siendo muy hija de puta? ¿Es inseguridad o querer proteger lo propio? ¿Al final la voy a tener que ayudar? ¿O Marcos tenía segundas intenciones y me estaba agarrando de boluda? No sabía qué pensar, pero la cara de orto que le puse a Marcos lo dijo todo. No quería volver a pelearme por esta mina. Iba a tener que resolverlo de alguna manera, pero ya estaba podrida de todo esto.

- 'Si, tenés razón. Algo vamos a tener que hacer.'

martes, 10 de julio de 2012

Conversaciones con mamá

No sé cómo iba a seguir todo esto, pero por lo menos tenía la tranquilidad y seguridad de que mi marido no me cagaba. Ahora, ¿tan yeguas podemos ser las mujeres? ¿Tiene límites la locura femenina? ¡Somos capaces de cualquier cosa por retener a los hombres!

Marcos volvió al trabajo y yo a mi casa. Me quedé charlando un rato con mi vieja y le conté porqué y a dónde me había ido. No pareció sorprenderle nada de lo que le dije, porque cuando terminó de tomarse el mate me dijo: 'Y sí, pobrecita, yo la entiendo. No sé si hubiese actuado de la misma forma, pero vos ponete a pensar. Sola, sin contención familiar, en una ciudad nueva, joven, porque cuando vino era una nena, que se haya encontrado con Marcos, se aferró a lo único que tenía. Para colmo él es bueno, la ha tratado bien y todo, ¿qué lo va a querer dejar ir? Pero ella debe tener lo suyo, porque por algo se ha peleado con Marcos, ¿no sabés por qué fue?'
- 'No, ni idea, nunca hablamos de los ex's con él. Pero era ella la que me iba a atender el embarazo. ¿Qué me podía llegar a hacer? Imaginate si me daba alguna pastilla rara para tomar, ¿eh? ¡A esta mina hay que internarla! ¡Yegua!'
- 'Pará, tranquilizate, ya pasó. Lo que sí, decile a Marcos que la próxima vez te cuente todo lo que pase, porque hay que mantener el contacto, que no haga ninguna locura'
- 'No pienses que voy a sentir lástima por esta turra, porque no lo voy a hacer. ¿Qué querés que haga? ¿Que la llame todas las semanas para ver cómo anda? ¿Compartir a mi marido con ella así se queda tranquilita? ¡Pero dejame de joder! Lo único que me falta..'
- 'No, ya sé, ya sé.. Pero no sé, comuniquensé con su familia, cuentenlé lo que pasó y que se hagan cargo. Ellos tienen que saber todo lo que hizo. Esa chica no está bien, yo la entiendo, pero no está bien.'
- 'Ah, entonces agarro el teléfono, marco el número y digo "Hola, ¿con la mamá de Carolina? Ah mire, ¿cómo le va? No, la llamaba porque su hija se volvió loca, y me quiere robar a mi marido. Una boludez, ¿eh?, no se haga drama." ¿Cómo voy a hablar con su familia, mamá?'
- 'No bueno, por ahí vos no, pero que hable Marcos y les diga que vengan y la vean cómo está y eso'

Ok, mi mamá defiende a la ex de mi marido y me pide que le diga que hable con su ex-suegra para que se haga cargo de su ex-novia. No sé hasta qué punto me quiere y entiende tanto mi mamá...



P/D: Mil, mil, mil perdones por no subir por tanto tiempo y por decir que iba a hacerlo por twitter y no lo hice. Me surgió un trabajo imprevisto que tuve que armar en la semana y se me complicó todo, perdón. Les recuerdo que me pueden mandar mails, escribir en Formspring, dejarme comentarios y mandar un tweet para tener un poquito más de charla. Les mando muchos besos y sepan que son lo más y los quiero!

domingo, 27 de mayo de 2012

Piró Carolina.

'Ah justo. Dejá, yo le abro. Vos sentate ahí y andá pensando bien qué me vas a decir'. Cuando abrí la puerta y me vio Marcos se le transformó la cara. 'Pasá, querido, pasá. Y vos también andá pensando qué excusa meter'. 'Pará gorda, no entiendo nada, ¿qué pasó? Me hacés salir del trabajo, me decís que venga para acá, te encuentro así, alterada. ¿Y los nenes? ¿Dónde están los nenes?'
'¿Ahora te preocupás por los nenes? Mirá, están en casa, le dije a mamá que los cuidara un rato, que tenía que salir. Ahora decime, ¿cómo es el segundo nombre de esta perra?' - le dije señalando a la otra boluda que no sabía qué hacer ni qué decir y estaba sentada en el sillón, nerviosa y tensa.
'¿Eh? ¡Qué sé yo cómo es el segundo nombre de ella! Es más, me parece que ni tiene'. Me dejó muda, esa respuesta no era la que yo me esperaba. Pero mantuve firmeza y le pregunté a la otra. '¿Tenés segundo nombre, vos?'
Miraba para todos lados, tenía los ojos llorosos y no sabía qué decir. Era bastante yegua pero cuando tenía que tener ovarios se escondía como una nena atrás de la mamá. 'N..nn..no,no,no, no tengo segundo nombre.'

Ahora sí que estaba perdida. No sabía para qué lado disparar. Me senté porque no entendía nada. Marcos dejó sus cosas en una silla y me trajo un vaso de agua. 'Mi amor, ¿qué te pasa? ¿Por qué estamos acá? ¿Te sentís bien? Explicame porque no entiendo nada..' 
'Pará..pará. Fue así: yo estaba limpiando la casa, ordenando un poco y ¿viste que siempre dijimos de no chusmear las cosas del otro? Bueno, no lo hice, pero, osea, estaba limpiando y abrí tu mesita de luz para acomodar un poco y encontré una carta con un beso que decía que se había enterado del nacimiento de los nenes y que se alegraba de que a Sol le hayas puesto así porque era el segundo nombre de ella - dije señalando - y lo firmaba Carolina'.
'Ahhhh, ahora entiendo. Pero ¿qué hacías vos entre mis cosas? ¿Qué habíamos acordado? Igual tenés que saber que esa carta sí me la mandó ella pero que no le dí ni bolilla porque me había enterado de que había tenido unos problemitas psicológicos, se estaba haciendo tratar y estaba medicada, ¿no es verdad Carolina? Creo que nunca pudo aceptar que yo haya rehecho mi vida, me haya casado y haya formado una familia. Sigue pensando que estoy enamorado de ella o que tiene alguna oportunidad de recuperarme o que cada cosa que hago, lo hago por ella, como el nombre de Solcito. Pero ella misma te dijo que no tiene segundo nombre, ¿no ves que está re loca?'
No sabía qué decir. Me quedé pálida y callada, con los ojos abiertos y sin pestañear. Lo único que me salió hacer fue mirarla a ella a ver qué decía al respecto. Y estaba llorando. Lloraba tapándose con las manos, y se hamacaba en la silla. Pedía perdón todo el tiempo y se tiraba de los pelos.
Con Marcos saltamos de las sillas y la agarramos, la tranquilizamos y le dijimos que la cortara, que se iba a lastimar y que se quede quieta, que la entendíamos. Le pedí perdón por la situación y que nunca pensé que tenía esos problemas, sino que los hacía de yegua que era nomás. También le pedí perdón a Marcos y le dije que la teníamos que ayudar, que no podía seguir así, algún remedio le teníamos que encontrar. Le reproché por no habérmelo dicho antes y cómo no me había contado nada. Me dijo que no pensó que era tan grave y no cayó en la cuenta de que estaba sola, vivía sola y no contaba con el apoyo de su familia, ya que ella no era de ahí y se las había jugado todas por su sueño de ser médica. Tampoco entendía por qué la había guardado en la mesita de luz, pero que eso no venía al caso y que ahora la teníamos que ayudar, que qué podíamos hacer.


Ahora resultaba que estaba ayudando a la mina que me había jodido tanto. Resulta que mi marido es un pan de Dios, pero medio boludo por haber dejado que pasen tantas cosas. ¿Iba a ser un acompañante terapéutica de la ex de mi marido?




P/D: Al final ganó la tecnología y me hice la cuenta de twitter. Es @malatendidablog y la voy a usar para contarles algún chismecito diario, avisar cuándo voy a escribir una nueva entrada y charlar con ustedes un poco más. Al que guste, ya me puede seguir y obviamente yo los voy a seguir a ustedes. Así que dejenmé sus cuentas que los sigo y nos chusmeamos un poco.
Muchas gracias por el aguante y espero que esto siga por tiempo indeterminado. Son mis amigos virtuales y me da felicidad haberlos encontrado. Muchos besos para todos, los quiero.

sábado, 5 de mayo de 2012

Tres son multitud.


Me quedé corta con la cantidad de puteadas que le lancé. Estallaba en bronca, la quería matar. ¿Por qué seguía jodiéndonos? ¿Qué buscaba? ¿No le habían quedado claras las cosas ya? Una desubicada emocional esta mina; ¿justo al otro día del nacimiento iba a mandar eso? Aparte Marcos nunca me había hablado de esta carta. Y además, ¿por qué la había guardado? ¿Se seguían viendo o escribiendo? ¿No la había frenado a seguir actuando así? ¿Me estaría cagando con esta hija de puta?
Tenía un montón de preguntas, pero nadie me las podía contestar. Salvo ella y él. Me daba asco pensar que se podían seguir viendo o manteniendo el contacto, o, peor aún, que me cague con ella. Tenía que resolver todo esto ya, de una vez y eliminar el problema de raíz.
Lo llamé a Marcos y le dije: ‘En media hora te espero en lo de Carolina. Sí, en lo de Carolina, y en media hora, pedazo de forro’. Y le corté. Me volvió a llamar pero no le atendí. Le pedí a mamá que venga al departamento y se quede con los nenes un rato que tenía que salir a hacer algo urgente y que iba a volver rápido. No me preguntó qué era lo que tenía que hacer ni le comenté nada de la puta esta.
Me bañé, me cambié, llamé un taxi y me fui para lo de Carolina directo, sin avisarle nada. Cuando llegué, le toqué timbre y me abrió ella. ‘¿Qué hacés gato barato? Hay unas cositas que tenemos que hablar vos y yo. Me parece que la última vez que hablamos no fue suficiente para vos, ¿no? ¿Por qué sos tan yegua? ¿Todavía pensás que podés tener algo con Marcos o ya lo tenés? No me digas nada todavía. Vamos a esperar a que llegue él también que le quiero ver la cara y escuchar lo que me dice. Sí, le dije que venga para acá así se termina todo de una buena vez’. Y sonó el timbre.

Fue el sonido que indicaba el inicio del primer round de esta pelea que no sabía cómo iba a terminar. Pero yo ya tenía los guantes puestos y el protector bucal; estaba preparada para recibir la primera trompada.

PD: ¡MIL DISCULPAS POR TODO ESTE MES SIN NOVEDADES! Estuve a un millón y no pude siquiera contestarles los mensajes que me mandaron y que tan feliz me ponen. Gracias por el aguante y espero no tener que esperar otro mes para retomar la historia. Ahora, se me ocurrió una idea y quiero compartirla con ustedes y me den su opinión. Ya que estamos en esta era tan tecnológica me parece una buena idea hacerme un twitter y tener contacto con ustedes por esa red social también. ¿Qué les parece? ¿Se copan? ¿Tienen twitter? ¡Espero sus opiniones!

lunes, 2 de abril de 2012

Golpe bajo

Después de más de un mes ya cambiábamos pañales mejor que Maru Botana y los habíamos acostumbrado a que se duerman juntos así podíamos tener un poco de tranquilidad. Las noches se hicieron más románticas y pude pasar por la depiladora y hasta por la peluquería. Me sentía de nuevo mujer. Marcos lo notó instantáneamente y nos pusimos al día con todo. Con todo.

Al otro día de mi cambio de look y cuando él estaba trabajando (había retomado el trabajo porque realmente necesitábamos la plata; yo no estaba en condiciones todavía y en el trabajo me esperaban sin problemas, pero nos pusimos de acuerdo en que él tenía que volver) y yo ya le había dado de comer a mis soles, decidí hacer una limpieza profunda.

Después de dejar acomodada la heladera, reluciente la cocina y los baños, desinfectados y limpios de tierra tanto el living como el comedor, llegó el turno de la pieza. Acomodé ropa, pañales, cuna y aspiré la alfombra. Pasé un trapito al ropero y cuando fui a la mesita de luz de Marcos me encontré con una sorpresita. Había una carta y lo primero que se leía era 'Para Marcos' y tenía un beso estampado al lado. Ya me puse con los pelos de punta. Teníamos totalmente prohibido hurgar, revisar o chusmear las cosas del otro: teléfonos, casilla de mails, billeteras, carteras, etc. Pero yo solamente estaba limpiando y me encontré con esto. Y no podía pasarlo por alto, porque estaba escrito por una mina. Así que lo abrí y lo leí inmediatamente. La había mandado hacía más de un mes, al otro día del nacimiento de los nenes. Era cortita, pero contundente.

'Me enteré que ya fuiste papá, ¡felicitaciones!. Me alegró mucho saber que vos elegiste el nombre de la nena y que le pusiste mi segundo nombre. Yo también me acuerdo de vos todavía, un beso grande. Carolina'.