lunes, 1 de octubre de 2012

De tal palo, tal astilla.

Me quedé muda. Esa no me la veía venir. ¿Estaba pretendiendo juntar en mi casa a la mujer que tantos problemas me trajo y en compañía de su mentora? No sabía si me estaba jodiendo o era en serio, pero me parecía ridículo de cualquiera de las dos formas. ¿No entendía que, si bien yo algo tenía que ver, no tenía que hablar nada con ellas? Y menos quisiera desatar una polémica, estando los chicos y Marcos presentes.

Por otro lado se me ocurrió pensar que ése iba a ser mi último sacrificio. Todo iba a terminar ahí y después me iba a olvidar de Lidia, Carolina y la Mar en coche. Además me picó el bichito curioso y me moría de ganas de saber cómo iba a ser esa charla. Después de todo, podría ser en mi casa, pero yo no intervenir, solamente ser una oyente y...tomar nota de todo.

'Está bien, me parece correcto. Acá empezó, acá termina. Pero lo que le voy a pedir es que me avise con unos días de anticipación así me acomodo para arreglar todo: horarios, los chicos, bueno, usted me debe entender. Y no se preocupe que con Carolina hablo yo, no quiero que se ponga mal porque podría ser peor. Muchas gracias Lidia, ¿eh? Espero su llamado. Hasta luego.'

Colgué con una sonrisa irónica muy grande. No quería ser jodida, pero a esta mina había que ubicarla. Y si veo que la madre no le pone los puntos, se los voy a poner yo. Fuiste Carolina.
Laura se quedó mirándome y me dijo: '¿Vos estás loca? ¿Qué tenés pensado hacer? No te metas en quilombos, Sara.'
'Vos dejameló a mí que yo lo voy a encarar bien. Algo se me va a ocurrir..'



Más tarde, ese mismo día: '¿Marcos? Preparate que la semana que viene tenemos visitas...'

miércoles, 29 de agosto de 2012

Poné los fideos que estamos todos.

Laura me contó que nunca la escuchó hablar de los padres ni de ningún familiar. Cuando le conté todo lo que había pasado no le sorprendió en absoluto y dijo que siempre le había parecido algo rara en sus actitudes, más aun al principio, cuando la conoció. De todas formas no dejó de decirme que si quería ella hablaba con los padres o haría cualquier cosa que yo necesitara. Le agradecí pero prefería hacerlo yo misma, creía que era la que lo tenía que hacer. Me propuso estar conmigo cuando haga la llamada, así que se vino a casa esa tarde.

A Marcos prefería contarle cuando ya haya hablado, así le decía todo lo que había pasado de un tirón. Mientras tanto, estaba nerviosa. Y no sabía por qué. Después de todo, el problema no era mío ni la que estaba loca de remate era yo. Pero frente a todo esto, pude ponerme por un minuto en los zapatos de Carolina y la entendí un poquitito. Me dí cuenta de que realmente estaba sola y que empezar de cero así era difícil para cualquiera. Sin embargo también reconocí que no era motivo para actuar como lo hizo y teniendo en cuenta el odio que sentía por mi, era un peligro que haya estado la posibilidad de que atienda mi embarazo. También era cierto que no era la única que se había venido de otra ciudad decidida a apostar en su futuro sin la compañía ni el consentimiento de nadie, y no todas reaccionaban de la misma manera. No sé, no quería darle más vueltas al asunto, así que apenas entró Lau a casa agarré el teléfono y marqué.

- 'Hola, ¿Lidia? Si, ¿qué tal? Te habla Sara, una conocida de tu hija, Carolina. Te llamo por un tema muy importante.'
Y así le conté todo lo que había pasado desde el primer día. Ella se largó a llorar, me pidió perdón cientas de veces y se hizo absolutamente cargo del estado de su hija, alegando que los únicos responsables eran ellos, que nunca habían creído en sus deseos y que, debido a la situación que tenían, era muy complicado que pudieran haber priorizado el futuro de Carolina, hecho del cual también se arrepentían profundamente.

A mí me conmovió todo su relato y entendí un poco más la raíz del problema. No sabía cómo encarar la charla para llevarla para el lado de que se viniera y se haga cargo o hablen con ella y le cuenten el cambio de postura sobre la decisión de ella de venirse acá y bancarse sola una carrera... Pero me ahorró el problema Lidia, diciendo:

- 'Con mi marido vamos a arreglar unos asuntos acá para organizar todo y poder ir para allá, así podemos verla y hablar con Carolinita. Yo le agradezco profundamente que me haya avisado y le vuelvo a pedir perdón por todo lo que mi hija le hizo. Ahora, si no es mucho pedirle, la reunión familiar, ¿podríamos tenerla en su casa? Me parece así armamos una gran charla donde podamos hablar de todo y de todos. Además tengo miedo de saber cómo puede llegar a reaccionar Carito, entonces preferiría estar acompañada en el momento en que se dé todo. ¿Usted qué opina?'

lunes, 13 de agosto de 2012

Alguien tiene que ceder.

No sé si mi vieja me estaba haciendo una joda, le habían cambiado la pastilla o había pirado, pero la cuestión es que eso era lo que ella pensaba. Cuando se fue no me quedé para nada contenta ni conforme con la charla que habíamos tenido entonces decidí hablar con alguien que esté de mi lado y me siguiera con el bardeo.

- 'Marito, en 5 minutos en casa. Hay crisis. Venite que yo pongo las masitas para el té.'

No hicieron falta más de 4 minutos y medio que ya me estaba tocando el portero.

- 'Tengo las orejas listas. Atacá.'
Y le conté todo. Desde el principio hasta la charla de recién con mi mamá. Nos hicieron falta más de medio kilo de masitas secas y una jarra y media de té. Cuando terminé me lo encontré con su camisa impecable lleno de miguitas, de piernas cruzadas sosteniendo el té y los anteojos más top del momento sobre su nariz.
- 'Al final es una loca mala peor que las que me cruzo yo. Yo te entiendo perfectamente a vos, mi amor. ¿Y tu vieja? ¡Cualquiera! En lugar de ponerse de tu lado, la defiende a ella sabiendo todas las cosas que te pasaron. Pero no me parece que le digas a Marcos que hable con la familia y hacerte cargo de sus problemas. ¿Acaso ella lo haría por vos? Mira Saru, hay cada una en la que yo no confío nada y esa mina nunca me terminó de cerrar. Pero, ¿por qué no hablás con Lau que es o era amiga de la turra? Ella la debe conocer más que todos nosotros. Bueno, que Marcos no, pero..'
- '¡Ay Mario, qué guacho! No me hagas acordar que Marcos estuvo con ella porque me da a pensar que debemos tener algo parecido para que él nos elija a las dos.'
- 'Sara, mirate lo que sos y decime qué tenés de parecido a ella. Mirate lo que sos, mirate. Vení, vamos al espejo. Una diosa del olimpo, madre, con un excelente trabajo, independiente, mirá esa cara y ese pelo. ¡Hace poco pariste, nena! ¿Quién se recupera así de rápido de una situación como esa? Hasta yo te doy, mamita, con eso te digo todo. Dale nena, dejate de joder. Tenés que tener seguridad en vos misma, ¡dejate de joder!'

Esas cosas me hacía falta escuchar. Mario tiene eso que dice lo justo en el momento justo y sin que yo se lo pida. Tiene un gran poder de percepción y es un gran tipo. Después de llenarme de elogios dejamos de hablar de lo mío y le dije que me ponga al día con sus andanzas y ese mundo de glamour que ya había dejado atrás. Mario seguía en las pistas, conociendo mejores chongos que los que yo pude cruzarme alguna vez y yendo al shopping todos los sábados, sin dejar de lado el té con sus amigos y amigas. Me contó cada detalle del buen sexo casual que tiene, de lo último en decoración y me tiró algunos tips para el invierno. Ese mundo del que alguna vez formé parte sigue siendo tan genial como cuando me entregué al formalismo y la relación seria.

Después de unas horas que estuvo con los nenes y rogándome ser padrino de alguno de los dos se fue dejándome un aroma de perfume exportado en todo el departamento que Marcos reconoció al instante cuando llegó del trabajo.

- 'Gorda, estuve pensando en todo lo que pasó. ¿No te parece que deberíamos hablarle a los padres de Carolina y ponerlos al tanto de todo? No sé, me parece, ¿qué opinás vos?'

Volvía el fantasma de Carolina a invadir mi ambiente y encima mi marido opinaba lo mismo que mi vieja. ¿Estaré siendo muy hija de puta? ¿Es inseguridad o querer proteger lo propio? ¿Al final la voy a tener que ayudar? ¿O Marcos tenía segundas intenciones y me estaba agarrando de boluda? No sabía qué pensar, pero la cara de orto que le puse a Marcos lo dijo todo. No quería volver a pelearme por esta mina. Iba a tener que resolverlo de alguna manera, pero ya estaba podrida de todo esto.

- 'Si, tenés razón. Algo vamos a tener que hacer.'

martes, 10 de julio de 2012

Conversaciones con mamá

No sé cómo iba a seguir todo esto, pero por lo menos tenía la tranquilidad y seguridad de que mi marido no me cagaba. Ahora, ¿tan yeguas podemos ser las mujeres? ¿Tiene límites la locura femenina? ¡Somos capaces de cualquier cosa por retener a los hombres!

Marcos volvió al trabajo y yo a mi casa. Me quedé charlando un rato con mi vieja y le conté porqué y a dónde me había ido. No pareció sorprenderle nada de lo que le dije, porque cuando terminó de tomarse el mate me dijo: 'Y sí, pobrecita, yo la entiendo. No sé si hubiese actuado de la misma forma, pero vos ponete a pensar. Sola, sin contención familiar, en una ciudad nueva, joven, porque cuando vino era una nena, que se haya encontrado con Marcos, se aferró a lo único que tenía. Para colmo él es bueno, la ha tratado bien y todo, ¿qué lo va a querer dejar ir? Pero ella debe tener lo suyo, porque por algo se ha peleado con Marcos, ¿no sabés por qué fue?'
- 'No, ni idea, nunca hablamos de los ex's con él. Pero era ella la que me iba a atender el embarazo. ¿Qué me podía llegar a hacer? Imaginate si me daba alguna pastilla rara para tomar, ¿eh? ¡A esta mina hay que internarla! ¡Yegua!'
- 'Pará, tranquilizate, ya pasó. Lo que sí, decile a Marcos que la próxima vez te cuente todo lo que pase, porque hay que mantener el contacto, que no haga ninguna locura'
- 'No pienses que voy a sentir lástima por esta turra, porque no lo voy a hacer. ¿Qué querés que haga? ¿Que la llame todas las semanas para ver cómo anda? ¿Compartir a mi marido con ella así se queda tranquilita? ¡Pero dejame de joder! Lo único que me falta..'
- 'No, ya sé, ya sé.. Pero no sé, comuniquensé con su familia, cuentenlé lo que pasó y que se hagan cargo. Ellos tienen que saber todo lo que hizo. Esa chica no está bien, yo la entiendo, pero no está bien.'
- 'Ah, entonces agarro el teléfono, marco el número y digo "Hola, ¿con la mamá de Carolina? Ah mire, ¿cómo le va? No, la llamaba porque su hija se volvió loca, y me quiere robar a mi marido. Una boludez, ¿eh?, no se haga drama." ¿Cómo voy a hablar con su familia, mamá?'
- 'No bueno, por ahí vos no, pero que hable Marcos y les diga que vengan y la vean cómo está y eso'

Ok, mi mamá defiende a la ex de mi marido y me pide que le diga que hable con su ex-suegra para que se haga cargo de su ex-novia. No sé hasta qué punto me quiere y entiende tanto mi mamá...



P/D: Mil, mil, mil perdones por no subir por tanto tiempo y por decir que iba a hacerlo por twitter y no lo hice. Me surgió un trabajo imprevisto que tuve que armar en la semana y se me complicó todo, perdón. Les recuerdo que me pueden mandar mails, escribir en Formspring, dejarme comentarios y mandar un tweet para tener un poquito más de charla. Les mando muchos besos y sepan que son lo más y los quiero!

domingo, 27 de mayo de 2012

Piró Carolina.

'Ah justo. Dejá, yo le abro. Vos sentate ahí y andá pensando bien qué me vas a decir'. Cuando abrí la puerta y me vio Marcos se le transformó la cara. 'Pasá, querido, pasá. Y vos también andá pensando qué excusa meter'. 'Pará gorda, no entiendo nada, ¿qué pasó? Me hacés salir del trabajo, me decís que venga para acá, te encuentro así, alterada. ¿Y los nenes? ¿Dónde están los nenes?'
'¿Ahora te preocupás por los nenes? Mirá, están en casa, le dije a mamá que los cuidara un rato, que tenía que salir. Ahora decime, ¿cómo es el segundo nombre de esta perra?' - le dije señalando a la otra boluda que no sabía qué hacer ni qué decir y estaba sentada en el sillón, nerviosa y tensa.
'¿Eh? ¡Qué sé yo cómo es el segundo nombre de ella! Es más, me parece que ni tiene'. Me dejó muda, esa respuesta no era la que yo me esperaba. Pero mantuve firmeza y le pregunté a la otra. '¿Tenés segundo nombre, vos?'
Miraba para todos lados, tenía los ojos llorosos y no sabía qué decir. Era bastante yegua pero cuando tenía que tener ovarios se escondía como una nena atrás de la mamá. 'N..nn..no,no,no, no tengo segundo nombre.'

Ahora sí que estaba perdida. No sabía para qué lado disparar. Me senté porque no entendía nada. Marcos dejó sus cosas en una silla y me trajo un vaso de agua. 'Mi amor, ¿qué te pasa? ¿Por qué estamos acá? ¿Te sentís bien? Explicame porque no entiendo nada..' 
'Pará..pará. Fue así: yo estaba limpiando la casa, ordenando un poco y ¿viste que siempre dijimos de no chusmear las cosas del otro? Bueno, no lo hice, pero, osea, estaba limpiando y abrí tu mesita de luz para acomodar un poco y encontré una carta con un beso que decía que se había enterado del nacimiento de los nenes y que se alegraba de que a Sol le hayas puesto así porque era el segundo nombre de ella - dije señalando - y lo firmaba Carolina'.
'Ahhhh, ahora entiendo. Pero ¿qué hacías vos entre mis cosas? ¿Qué habíamos acordado? Igual tenés que saber que esa carta sí me la mandó ella pero que no le dí ni bolilla porque me había enterado de que había tenido unos problemitas psicológicos, se estaba haciendo tratar y estaba medicada, ¿no es verdad Carolina? Creo que nunca pudo aceptar que yo haya rehecho mi vida, me haya casado y haya formado una familia. Sigue pensando que estoy enamorado de ella o que tiene alguna oportunidad de recuperarme o que cada cosa que hago, lo hago por ella, como el nombre de Solcito. Pero ella misma te dijo que no tiene segundo nombre, ¿no ves que está re loca?'
No sabía qué decir. Me quedé pálida y callada, con los ojos abiertos y sin pestañear. Lo único que me salió hacer fue mirarla a ella a ver qué decía al respecto. Y estaba llorando. Lloraba tapándose con las manos, y se hamacaba en la silla. Pedía perdón todo el tiempo y se tiraba de los pelos.
Con Marcos saltamos de las sillas y la agarramos, la tranquilizamos y le dijimos que la cortara, que se iba a lastimar y que se quede quieta, que la entendíamos. Le pedí perdón por la situación y que nunca pensé que tenía esos problemas, sino que los hacía de yegua que era nomás. También le pedí perdón a Marcos y le dije que la teníamos que ayudar, que no podía seguir así, algún remedio le teníamos que encontrar. Le reproché por no habérmelo dicho antes y cómo no me había contado nada. Me dijo que no pensó que era tan grave y no cayó en la cuenta de que estaba sola, vivía sola y no contaba con el apoyo de su familia, ya que ella no era de ahí y se las había jugado todas por su sueño de ser médica. Tampoco entendía por qué la había guardado en la mesita de luz, pero que eso no venía al caso y que ahora la teníamos que ayudar, que qué podíamos hacer.


Ahora resultaba que estaba ayudando a la mina que me había jodido tanto. Resulta que mi marido es un pan de Dios, pero medio boludo por haber dejado que pasen tantas cosas. ¿Iba a ser un acompañante terapéutica de la ex de mi marido?




P/D: Al final ganó la tecnología y me hice la cuenta de twitter. Es @malatendidablog y la voy a usar para contarles algún chismecito diario, avisar cuándo voy a escribir una nueva entrada y charlar con ustedes un poco más. Al que guste, ya me puede seguir y obviamente yo los voy a seguir a ustedes. Así que dejenmé sus cuentas que los sigo y nos chusmeamos un poco.
Muchas gracias por el aguante y espero que esto siga por tiempo indeterminado. Son mis amigos virtuales y me da felicidad haberlos encontrado. Muchos besos para todos, los quiero.

sábado, 5 de mayo de 2012

Tres son multitud.


Me quedé corta con la cantidad de puteadas que le lancé. Estallaba en bronca, la quería matar. ¿Por qué seguía jodiéndonos? ¿Qué buscaba? ¿No le habían quedado claras las cosas ya? Una desubicada emocional esta mina; ¿justo al otro día del nacimiento iba a mandar eso? Aparte Marcos nunca me había hablado de esta carta. Y además, ¿por qué la había guardado? ¿Se seguían viendo o escribiendo? ¿No la había frenado a seguir actuando así? ¿Me estaría cagando con esta hija de puta?
Tenía un montón de preguntas, pero nadie me las podía contestar. Salvo ella y él. Me daba asco pensar que se podían seguir viendo o manteniendo el contacto, o, peor aún, que me cague con ella. Tenía que resolver todo esto ya, de una vez y eliminar el problema de raíz.
Lo llamé a Marcos y le dije: ‘En media hora te espero en lo de Carolina. Sí, en lo de Carolina, y en media hora, pedazo de forro’. Y le corté. Me volvió a llamar pero no le atendí. Le pedí a mamá que venga al departamento y se quede con los nenes un rato que tenía que salir a hacer algo urgente y que iba a volver rápido. No me preguntó qué era lo que tenía que hacer ni le comenté nada de la puta esta.
Me bañé, me cambié, llamé un taxi y me fui para lo de Carolina directo, sin avisarle nada. Cuando llegué, le toqué timbre y me abrió ella. ‘¿Qué hacés gato barato? Hay unas cositas que tenemos que hablar vos y yo. Me parece que la última vez que hablamos no fue suficiente para vos, ¿no? ¿Por qué sos tan yegua? ¿Todavía pensás que podés tener algo con Marcos o ya lo tenés? No me digas nada todavía. Vamos a esperar a que llegue él también que le quiero ver la cara y escuchar lo que me dice. Sí, le dije que venga para acá así se termina todo de una buena vez’. Y sonó el timbre.

Fue el sonido que indicaba el inicio del primer round de esta pelea que no sabía cómo iba a terminar. Pero yo ya tenía los guantes puestos y el protector bucal; estaba preparada para recibir la primera trompada.

PD: ¡MIL DISCULPAS POR TODO ESTE MES SIN NOVEDADES! Estuve a un millón y no pude siquiera contestarles los mensajes que me mandaron y que tan feliz me ponen. Gracias por el aguante y espero no tener que esperar otro mes para retomar la historia. Ahora, se me ocurrió una idea y quiero compartirla con ustedes y me den su opinión. Ya que estamos en esta era tan tecnológica me parece una buena idea hacerme un twitter y tener contacto con ustedes por esa red social también. ¿Qué les parece? ¿Se copan? ¿Tienen twitter? ¡Espero sus opiniones!

lunes, 2 de abril de 2012

Golpe bajo

Después de más de un mes ya cambiábamos pañales mejor que Maru Botana y los habíamos acostumbrado a que se duerman juntos así podíamos tener un poco de tranquilidad. Las noches se hicieron más románticas y pude pasar por la depiladora y hasta por la peluquería. Me sentía de nuevo mujer. Marcos lo notó instantáneamente y nos pusimos al día con todo. Con todo.

Al otro día de mi cambio de look y cuando él estaba trabajando (había retomado el trabajo porque realmente necesitábamos la plata; yo no estaba en condiciones todavía y en el trabajo me esperaban sin problemas, pero nos pusimos de acuerdo en que él tenía que volver) y yo ya le había dado de comer a mis soles, decidí hacer una limpieza profunda.

Después de dejar acomodada la heladera, reluciente la cocina y los baños, desinfectados y limpios de tierra tanto el living como el comedor, llegó el turno de la pieza. Acomodé ropa, pañales, cuna y aspiré la alfombra. Pasé un trapito al ropero y cuando fui a la mesita de luz de Marcos me encontré con una sorpresita. Había una carta y lo primero que se leía era 'Para Marcos' y tenía un beso estampado al lado. Ya me puse con los pelos de punta. Teníamos totalmente prohibido hurgar, revisar o chusmear las cosas del otro: teléfonos, casilla de mails, billeteras, carteras, etc. Pero yo solamente estaba limpiando y me encontré con esto. Y no podía pasarlo por alto, porque estaba escrito por una mina. Así que lo abrí y lo leí inmediatamente. La había mandado hacía más de un mes, al otro día del nacimiento de los nenes. Era cortita, pero contundente.

'Me enteré que ya fuiste papá, ¡felicitaciones!. Me alegró mucho saber que vos elegiste el nombre de la nena y que le pusiste mi segundo nombre. Yo también me acuerdo de vos todavía, un beso grande. Carolina'.

domingo, 18 de marzo de 2012

Mamá a prueba de balas.

Los problemas no tardaron en aparecer. Si bien estuvieron unos días en la incubadora por haber nacido antes de la fecha esperada, eso no significó ningún riesgo para ellos y nos garantizaron la tranquilidad a los padres. A los pocos días ya estábamos de vuelta en nuestro nidito de amor.

Ahora se veía todo tan diferente.. El departamento nos quedaba chico para 4, pero nos íbamos a ir acomodando de a poco y al final nos la arreglaríamos para poder estar cómodos. Todos los artículos de madres y embarazadas se me vinieron a la cabeza la primer noche, que no pude dormir nada. Al principio por estar enamorada de esas dos cositas hermosas y tiernas que no podía soltar. Imaginensé cómo fueron los primeros días, con UN cochecito, UN cambiador, UNA mantita, pañales para UNO. Todo en individual. Con Marcos nos pegamos unas corridas para cambiarlos, bañarlos, limpiarlos.. ¡Y para darles de comer! Para colmo a los dos les pasaba lo mismo y al mismo tiempo. Todos los días tenía a los dos, uno en cada brazo, dándoles de comer. El dolor de tetas que yo tuve al principio, mientras me bajaba la leche y ellos se alimentaban era tremendo. Si bien estaba algo acostumbrada porque Marcos me vivía tocando las tetas o cuando hacíamos el amor, eran como un banquete para él, cuando las dos boquitas empezaban a chupar, eran insaciables y me dejaban seca. Y al rato les volvía a agarrar hambre y yo no tenía nada. Todo un quilombo.

Marcos se puso las pilas definitivamente y dejó las pendejadas en el pasado. Cambió pañales, vistió, desvistió, bañó, me ayudó a limpiar el departamento, se levantó a la madrugada. ¡¡Se levantó a la madrugada!! Los primeros días con ese tema fueron mortales. No pegué un ojo en 10 días aproximadamente. Mi cara y mi cuerpo no estaban para nadie después de esos días, pero le agarramos la mano y a lo último lo hacíamos cancheros. Sin embargo, durante esa semana, una vez que estaban bañados, cambiados, con la pancita llena y calentitos y se quedaban dormidos, recién ahí me ocupaba de mí. Tal es así que me he bañado a las 3 de la mañana, o almorcé a las 4 de la tarde y así todos los días. Pero yo feliz. Feliz de cada acción maternal que tenía que hacer, más en compañía de un padre con todas las pilas que se la re bancó y hasta a la noche, cuando podía apoyar la cabeza en la almohada, me decía que era sexy.

De sexo ni hablar. Yo estaba re cachonda. Tenía casi un mes de nada, nada, nada, nada. Marcos se la habrá arreglado manualmente, porque entendía mi situación y con la panza y todo era súper incómodo. Una vez que parí, los nenes nos traían en quinta, así que no teníamos tiempo para nosotros. Aparte me sentía horrible. Entre ojeras, pelos revueltos, vestida con cualquier cosa, me manchaba o me vomitaban, siempre sucia, transpirada con el calor de enero y los pelos pegados a la frente, un aliento a perro callejero y olvidate de la depilación. Fiona era un poroto al lado mío, hasta me habían salido los bigotes. Fiona y el gato con botas eran un poroto al lado mío. Mis piernas eran un asco, mi piel súper reseca y abandonada y la lencería sexy quedó en el cajón, fue reemplazada por bombachudos y corpiños cómodos que me permitieran pelar las gomas en cualquier momento y en cualquier lugar.

Algo tenía que hacer por mi imagen, no podía ser que hasta el portero de 60 años me haya visto las tetas.

martes, 6 de marzo de 2012

¿Cómo se te traspapeló el segundo corazón?

'La verdad que tuvimos muchos inconvenientes todos estos meses y nunca llegamos a un acuerdo entre los dos. ¿Nos dejan un rato hablando para que lo decidamos? Después él mismo va a ir a hablar con ustedes para que los puedan anotar y cumplir con todos los papeles.'

Nos dejaron solos. Yo estaba muy cansada pero igual tenía que resolver un tema demasiado importante como para poder descansar. Se barajaron un sinfín de nombres junto con todas los justificativos. Hasta se le ocurrió ponerle al varón Marcos para armar una especie de tradición que él mismo empezaría. Lo saqué carpiendo.
Al final de la charla llegamos a un común acuerdo: él elegiría el de ella, y yo el de él. Así fue como, finalmente, nuestros hijos tuvieron nombre: Sol y Gregorio.

Los abuelos y los médicos quedaron encantados con la decisión y en unas fichas médicas pudimos ver la primera documentación de nuestros hijos. Ella había nacido primero con una diferencia de 20 minutos con respecto a él. Ya me imaginaba las peleas que estos minutos iban a ocasionar más adelante, o las cargadas al respecto.
Tenía la familia ideal, estábamos para una foto cuando nos trajeron a los bebés y empezamos a mimarlos, acariciarlos y contemplarlos. Eran tan lindos...

Los médicos no se salvaron del interrogatorio que les empezó a hacer mi vieja. Salvo aquella primer consulta que es mejor olvidar, siempre me había tratado con profesionales de ese hospital, así que ellos tenían que saber todo del progreso del embarazo y de ¡cómo no se habían dado cuenta que eran 2!
Pensando un poco en frío, una vez nos habían advertido que nos íbamos a llevar una grata sorpresa el día del parto, pero eso no decía nada, nunca lo habíamos tomado por ese lado. De todos modos, nos tendría que haber informado, por más sorpresa que sea.

Siendo sincera no me había echo todas las ecografías que debería, pero de todas formas me explicaron que en las que me había realizado no se pudo distinguir el otro bebé porque estaba escondido detrás del que se veía. En todas, la que siempre se vió fue a Sol, menos en aquella que se vio la 'sorpresa'. Además, esa fue la única vez que me atendí con ese tipo, en las otras siempre fueron con mujeres y no pudieron detectar al segundo corazoncito latiendo.

Al final parece que Grego iba a ser bueno jugando a las escondidas porque no lo habían descubierto ni los doctores.

Ahora no tenía más motivos para dejar de sonreír, me sentía plena, en mi mejor momento, rodeada de las personas que me hacían feliz y con 2 bebés en brazos que ya me habían cambiado la vida. ¡La pucha que vale la pena ser mamá! ¡¡¡Y más por dos!!!

viernes, 24 de febrero de 2012

Ahora somos mamá y papá

Ahí nomás me sacaron al primero y empecé a hacer fuerzas para que salga el segundo. El cansancio que tuve al final de todo eso es inimaginable, pero tuve la mejor recompensa del mundo. Dos criaturitas que sostenía con mis brazos que recién llegaban, pero ya me habían cambiado la vida. La sensación de ser madre es lo máximo, te sentís inalcanzable y como que todo lo demás deja de tener valor. Adquirís el coraje suficiente como para afrontar cosas que nunca pensaste que ibas a poder afrontar y tomás una posición con respecto a la vida totalmente diferente. Es una coraza que impide que cualquier cosa te pueda afectar y a pesar de la baba, los pañales, los mocos, las toallitas desinfectantes y los llantos, estás feliz porque ellos te hacen feliz.

Marcos no tuvo tiempo de reaccionar. Estaba duro. Yo le pedía que me ayudara y al final se terminó poniendo las pilas. Hagan de cuenta que había parido a 3, porque este estaba sucio, vomitado y encima lloraba. Cuando salieron los doctores y le dieron la noticia a mis viejos, el grito que dió mi vieja hasta yo lo escuché que estaba en la habitación, así que imaginensé. Realmente iba a cambiar a toda la familia y a partir de ahora nos íbamos a manejar de otra manera. Ahora todo se iba a multiplicar por dos: esfuerzos, llantos, gastos, etc. pero también la alegría de ser madre por partida doble. Me afrontaba a un gran desafío: criar mellizos. Pero me sentía preparada para eso y mucho más. Además no estaba sola, lo tenía a Marcos, que a pesar de ser infantil y mandarse sus cagadas sabía que con la llegada de los babies iba a dejar de hacer esas tonterías y que iba a ser un gran padre.

Fueron dos: un nene y una nena. Primero nació él y después ella. Se iban a cuidar tanto.. Ya me lo imaginaba a él bien guardabosques y a ella toda una reina seductora. Se iban a amar tanto y se iban a acompañar en todo momento. Ella lo molestará a él, le mirará los amigos y pelearán por ver fútbol o dibujitos en la tele. Ella no se va a querer ensuciar y él volverá embarrado hasta la cabeza de la cancha. Armaré té con galletitas con princesas y jugaré carreras de biciletas con él.

Lo miré a Marcos y le dije: 'Ya está. Lo hicimos. Estoy tan feliz..Te amo'.

Al ratito volvieron los médicos y nos dijeron: '¿Y? ¿Cómo están mamá y papá? ¿Cómo se van a llamar los nenes?'
Nos miramos con Marcos. Serios los dos: todavía no teníamos los nombres de nuestros hijos.



Ustedes ¿cómo piensan que se llaman? ¡La encuesta está abierta!

martes, 14 de febrero de 2012

Se nos adelantó el bebé: ¡Rompí bolsa!

'No, no lo perdiste..pero vamos a tener que adelantar el parto, porque no fue una pérdida normal, rompiste bolsa. Según el registro, vos tenías fecha para el 14 de febrero, ¿no?. Bueno, vas a ser madre un poco antes, el primero de enero'

Todos se callaron y miraron al doctor sorprendidos. Aparentemente no era la única que había pensado que lo había perdido. Como en las películas, pasaron todos del llanto a la alegría y empezaron a gritar eufóricos y ansiosos con la noticia.
Me tranquilicé por un segundo. Pero después me dí cuenta que estaba por ser mamá. También me pregunté si el bebé estaba preparado para salir, si se había terminado de formar o si habría algún problema. Después de todo, iba a ser ochomesino.
Los doctores me informaron que no había ningún problema, el cuerpo estaba formado y todos los órganos bien diferenciados. A lo sumo, no habría terminado de crecerle el pelo, las pestañas o uñas, pero luego le desarrollarían. Nada de qué preocuparse. Aparentemente.

Marcos estaba paralizado, duro, no se movía ni decía nada. De pronto empezó a gritar y a querer controlar todo. Lamentó no tener una grabadora para poder tener el recuerdo de ese hermoso momento que estábamos por vivir. Se abrazó a mis viejos y ellos lo sacaron carpiendo por el olor que tenía, realmente era asqueroso.

Me sugirieron hacer una cesárea, pero me negué rotundamente. Siempre había soñado con el parto natural, así que no quería nada raro, ni peridural; no quería ver agujas ni pastillas, nada. De haber podido hasta lo hubiese echo en casa, pero en ese momento no estaba para imponer condiciones. Sólamente que respeten mi decisión. ¡Si había que sufrir y hacer fuerza, lo hacemos carajo!

Me secaron la cara, me abrieron las piernas, me prepararon todo y echaron a todos de la habitación. Se vació la pieza, sólamente quedaron un par de médicos y enfermeras. Marcos pidió quedarse, quería presenciar el parto de su hijo. Mis viejos esperaron afuera.

Arrancó tipo 6 y media de la tarde y me acuerdo cada segundo. Todavía tengo las imágenes guardadas en mi retina. Creo que nunca hice tanta fuerza como ese día, creía que se me iban a salir los órganos. Afortunadamente no pasé vergüenza en algún exceso de fuerza ni se me escapó nada que no tenía que salir. Marcos me agarró de la mano y me incitaba a seguir, que iba bien y que estábamos a punto de hacer el gran cambio de nuestras vidas. Me repetía incansablemente que era una mujer con todas las letras y que me amaba. Yo puse en práctica los ejercicios de respiración pero no me sirvieron para nada.

'Pujá, pujá, dale que ya sale. Venís genial, un poco más, ¡ahora!' - eran las palabras del doctor.
'Ya salió la cabeza, vamos que ya está, dale, un último esfuerzo, ¡vamos!' - a lo que yo contestaba con un ¡¡¡¡AAAAAH!!!! que se escuchaba hasta el pasillo.

Cuando salió sentí que me había pasado de mambo y había largado lo que no tenía que largar, ustedes entenderán. Pero cuando escuché el llanto, me relajé y sonreí como nunca. Fue la mejor sensación del mundo, incomparable con cualquier cosa. Lo miré a Marcos y él me susurró 'ya está, somos mamá y papá ahora. Te amo'.

En medio de los aplausos y la llenada de besos que le dimos al bebé, nos interrumpió el grito del doctor: '¡Opa, opa, opa! Parece que esto no terminó acá. Se viene la segundaaaa, aro aro aro'.

jueves, 2 de febrero de 2012

Todo se va a la mierda

Me vio la mano y se le abrieron los ojos como dos platos. Entré en pánico y me largué a llorar. Parecía que nos tenían que pasar cosas así para que reaccionemos y paremos un poco con tanta locura. Siempre pasa lo mismo. Tiene que pasar lo peor para que uno tome magnitud de las cosas importantes y de lo que puede perder si no se saca el pie del acelerador.

Se puso un calzoncillo y una bermuda, ni pensamos en el vómito, el aliento, los dolores de cabeza ni el estado en el que estábamos. Descalzo salió a pedir el ascensor y, mientras lo esperaba, me vino a buscar y me levantó en brazos, tipo Tarzán con Jane.

Yo no paraba de llorar y gritar. 'Lo arruinamos todo, Marcos. Nos fuimos a la mierda, lo perdí. ¡Qué pelotudos que somos, mirá hasta dónde llegamos!'. Él no decía nada, ni me tranquilizaba ni me transmitía paz, estaba en shock también.

Me subió al auto y a toda velocidad me llevó al hospital. Entró a los gritos, conmigo a los brazos, diciendo que tenía una pérdida y pidiendo un doctor. Los doctores ya nos conocían y vinieron a ayudarnos enseguida. Yo llegué desmayada. Entre el stress, susto, cansancio y el shock no aguanté y perdí la conciencia. Eso lo asustó más a Marcos y entró en la habitación junto con la doctora. Me recostaron en la camilla y me empezó a revisar. Marcos salió y se fue al baño, a acomodarse un poco y tener la cabeza ocupada en otra cosa.

Cuando desperté me encontré con un par de doctores cuchicheando entre ellos y viendo papeles y estudios, muy serios. Al lado mío estaban mis viejos y Marcos, que estaba llorando, acariciándome. Eso me puso en alerta, porque para que Marcos llorara algo grave tenía que pasar. Mi papá la abrazaba a mi vieja, que también estaba llorando. Yo no entendía nada y empecé a preguntar qué había pasado y porqué estaban todos así. En un susurro Marcos me decía que no pasaba nada, que estaba todo bien. Obviamente no le creí, en ese estado no me podía decir que estaba todo bien.

Un médico tomó la palabra y me empezó a dar un sermón y explicar cosas que no entendíamos. Yo me imaginaba lo peor, que lo había perdido y también me había jodido algo adentro. Sentía dolores en el vientre, una molestia muy grande y me llevé las manos directamente. Marcos decía todo el tiempo que era todo culpa suya y me pedía perdón.

Me saturé. Recién me levantaba y me dolía la panza, sentía que había perdido a mi hijo. Tenía un grupo de doctores adelante que me hablaban de cosas que no entendía y no me aclaraban nada. Mis viejos llorando al otro lado y Marcos echándose la culpa y pidiéndome perdón.

'¡Carajo, basta. Sean claros y díganme qué pasó de una vez!. ¿Lo perdí? ¿Eh? ¿Lo perdí? Díganmelo de una vez, por Dios'

sábado, 21 de enero de 2012

¡Basta de problemas, por favor!

Al otro día, si la quiso arreglar, la empeoró. Por empezar se despertó como a las cuatro de la tarde. Yo lo había llamado, lo zamarreé y hasta le tiré un vaso de agua, pero nada. En un momento pensé que se iba a levantar pero cuando se dio vuelta fue sólo para vomitar. Sí, me vomitó el sillón, los almohadones y ví cómo chorreaba el vómito hasta el piso, me manchaba la sábana con la que lo había tapado y él ni se mosqueó. Entre que venía enojada, eso me re calentó y me asqueó muchísimo. No paraba de hacer arcadas, se me revolvió el estómago y tuve que salir corriendo al baño. Fue la gota que rebalsó el vaso.

Agarré el trapo de piso y el secador y se lo tiré por la cabeza. Y empecé a gritarle de todo, que se despierte, que no sabía lo enojada que estaba y que cómo podía hacer estas cosas. Que era un tipo grande, a punto de ser padre, que no era consciente de mi estado y que me tenía que ayudar, no empeorar las cosas. Recalqué muchas veces que no quería que hiciera estas cosas y que era un inmaduro o un pendeviejo, que no entendía que quería hacer con esas cosas, no me escuchaba cuando le decía que se cuidara, que ya habíamos tenido mucho en el año anterior como para arrancarlo con más problemas. Grité y grité hasta que no me dio más la voz; realmente estaba cansada de todo. Quería que por fin algo me saliera bien y poder recuperar la paz.

Él no atinó a explicarme nada. Se levantó como sorprendido, no entendía nada y lo único que repetía y repetía era 'perdón gorda, perdoname', palabras que me las pasé por el culo. Arrugaba la frente, se mareaba y se quería limpiar y yo no paraba de gritarle cosas. El departamento era un desastre, no podía estar peor. El olor era insoportable y mi estómago me daba vueltas.

En un momento me tuve que sentar porque no podía más. Me dolía la panza, seguía con arcadas y me dolía la cabeza. Por ahí se apareció en la cocina preguntando dónde había una aspirina o algo para tomar porque 'se le partía la cabeza', 'estaba mareadísimo' y 'tenía un tsunami en la panza'. Lo miré con furia. '¡Todo esto es culpa tuya! Si no fueras tan pelotudo estas cosas no pasarían; ¡sos un pendejo!'

El dolor en la panza cada vez era más fuerte, me la agarraba con las manos pero no cesaba la molestia. Tenía el corazón a mil y estaba nerviosísima y ansiosa. Sentí algo húmedo y toqué.


Era sangre, estaba teniendo una pérdida..


Nota: ¡Blogger me tiró una buena! Ahora se pueden responder los comentarios que me dejan ahí mismo, lo cual voy a empezar a utilizar como medio para responder las cosas que me dejan escritas. ¡Buenísimo! Así que ahora les vuelvo a responder los comentarios :)

sábado, 7 de enero de 2012

Año nuevo, problemas nuevos.

Después del brindis a Marcos se le antojó salir a festejar año nuevo con sus amigos. Después de todos los antojos que tuve yo durante esos últimos meses y teniendo en cuenta el stress y cansancio que debía tener él por tener que bancarse un montón de cosas que fueron sucediendo y después del accidente de la mano, le dije que estaba bien, que vaya y se divierta pero que no haga ninguna boludéz y se cuidara. Parece que lo último no lo escuchó muy bien.

Salió en el auto, pasó a buscar a un par de amigos que se juntaban en una casa y salieron de parranda. Aparentemente hizo una mezcla de alcohol tremenda que le pegó muy mal. Arrancó con vino en la cena y champagne en el brindis. Hasta ahí iba bien, pero en la casa de sus amigos siguió. Agarró cerveza, sidra y no sé qué bebida alcohólica burbujeante más y no dejó nada. Se tomó hasta el agua de los floreros, como se dice. ¿El muy inconsciente no se daba cuenta que estaba en auto y tenía que manejar? ¿Los amigos no lo frenaron, no le dijeron que dejara de tomar? ¿No veían que no estaba bien como para andar así, en ese estado?

Salieron. Eran como 6 adentro de un auto. Música, gritos, alcohol, descontrol. Afortundamente llegaron como pudieron al boliche, pero sanos y salvos. Bah, salvos nomás porque sano no tenían nada, menos el hígado. Música, luces, mujeres regaladas, alcohol, baile, más descontrol. Espero que no haya hecho nada con ninguna minita, yo calculo que no, pero la duda siempre va a estar. Los amigos se fueron por cualquier lado, no se vieron hasta el final de la noche. Ahí lo encontraron a Marcos solo, en la barra, con la cabeza en el mostrador, y rodeado de vasos vacíos. Lloraba, lo único que estaba haciendo era llorar con la cabeza entre los brazos, tirado, dando una imagen espantosa. Decía que no iba a ser un buen padre, que no me iba a saber cuidar a mí, que no sabía como iba a hacer para manejar las situaciones y no estaba preparado para ser padre.

Como estaba le sacaron la llave del auto y lo subieron al asiento de atrás. Revolcado como pudo, entró y lo acompañaron los otros 5 hasta casa. Yo estaba durmiendo lo más pancha y despatarrada en la cama cuando sonó el portero. Al principio me asusté, pensando quién podría ser a esa hora y después imaginé que podían ser unos pendejos borrachos, que salían del boliche y se ponían a joder a la gente. Viendo que insistían y seguía sonando, me levanté y fui a atender.

'¿Hola? ¿Quién es?' - dije.
'Hola, disculpá la hora que es, pero estamos con Marcos que está re en pedo. Abrinos que lo subimos' - me dijo uno de los 5.

La puta madre pensé. Menos mal que le dije que no se mandara ninguna y que se cuidara. Mañana ibamos a hablar.

'A ver, fijensé si pueden abrir'. Les dije bien el piso y número de departamento y apreté el timbrecito para que puedan abrir desde abajo, sin tener que bajar yo.
A los 5 minutos los tenía tocándome la puerta. Yo ya había preparado un café y había abierto la ducha de agua fría para que ellos le pudieran sacar un poco la borrachera; a mí el cuerpo no me lo permitía. Cagada de calor como estaba les abrí y ahí lo vi. Daba lástima, el muy pelotudo. No podía ser tan boludo, tenía toda la ropa sucia, manchada con colores raros de bebidas por todos lados, el pantalón desprendido, los zapatos manchados. Parecía un pibe de 15 años que se pegaba su primer pedo, qué pendejo de mierda, lo quería matar.

Así como estaba lo metieron abajo de la ducha y les dije que se la arreglaran como pudieran y que cualquier cosa que necesitaran me avisaran. Al principio lo metieron con ropa y todo, pero después lo dejaron en bolas, para que tuviera más frío y reaccionara más rápido. ¡Qué increíble! Un tipo grande haciendo esas cosas, realmente tenía razón: así no iba a poder criar a un hijo. ¿Cómo iba a pretender hacerlo? Estaba enojadísima, me salía humo de las orejas.

El café se enfrío en la mesa, porque no llegó a tomarlo. Cuando más o menos se recompuso lo sacaron del baño y lo dejaron en el sillón. Lo tapé con una sábana finita, porque lo último que me faltaba era que se resfríe, se enferme o algo por el estilo. Andaba diciendo cosas inentendibles, susurraba frases raras, como que hablaba en otro idioma. No podía haber estado peor.

Le agradecí a los otros boludos pero también les dije que parte de que él estuviera así era culpa de ellos por no haberlo cuidado y no haberlo frenado a tiempo. Se fueron y yo me quedé con el borracho que estaba desnudo, mojado, tapado con una sábana rosa. Últimamente las imágenes que me quedaban de Marcos eran patéticas.



Lo último que dijo antes de dormirse fue lo único que le entendí en toda la noche.
'Perdoname gorda'. Y empezó a roncar.